Hoy concluye en Madrid Sustainable Brands, una cita imprescindible para comprender cómo contemplan, desde importantes empresas, el reto de la sostenibilidad y el crecimiento respetuoso con el medioambiente. Entre los ponentes llama la atención la presencia de Stephen Loftus, el responsable de marketing y ventas de Brompton a nivel mundial. Hablamos con Loftus sobre el presente y futuro de la prestigiosa marca británica de plegables.
¿Cuándo empezó a trabajar en Brompton?
Hace algo de menos de tres años. Llevaba unos 25 años en la industria de la bebida, trabajando con marcas como Ballantine’s, pero sabía que necesitaba un cambio y Brompton me lo ofreció. Era muy atractivo: desde hacía 15 años me movía por Londres en una bicicleta pública, conocía la marca (estaba acostumbrado a que innumerables Brompton me adelantasen por el puente de Westminster o el SoHo) e intuía que eran algo más que una bicicleta, un producto casi mágico. Además, sabía que el ciclismo urbano tiene un enorme futuro: la bici es la solución más sencilla a muchos problemas complejos, y vi una oportunidad de ayudar a transformar las ciudades y, por ende, la sociedad.
Con la nueva fábrica y un objetivo de ventas cada vez mayor, entró en un momento fundamental en la historia de la marca.
Sí, Brompton ha vivido muchos cambios últimamente… Me eligieron para vender más, por supuesto, para crecer, pero también para fomentar un contacto mayor con los distintos distribuidores y ayudarles a mostrar las bondades de la bici en general y de la Brompton en particular. Hace cinco años, nuestro reto era ver cómo podíamos fabricar más para satisfacer la creciente demanda. Ahora… ¡Tenemos que vender todas las bicis que somos capaces de producir!
“Incluso en el Reino Unido el mercado de las plegables es pequeño… ¡Y en Amsterdam las siguen viendo como bicis de poca calidad!”
¿Cómo se convence a la gente de gastar tanto dinero en una bici plegable?
La Brompton es única. Sus detalles, su filosofía, te cambian la vida. Lo primero que hay que lograr es hacer que la gente se detenga un momento, que considere introducir una bicicleta plegable en su vida. Incluso en el Reino Unido, más allá de Londres, el mercado de Brompton y de las plegables es pequeño, mucha gente sigue sin considerar una plegable como una alternativa real de transporte. Tenemos muchos clientes que trabajan en oficinas, o jubilados que la usan el fin de semana, y ahora tenemos que mostrar, como ha ocurrido en Barcelona, que la Brompton es un vehículo perfecto para jóvenes profesionales, para urbanitas que, además de algo muy práctico, buscan también algo especial. Es sorprendente que, por ejemplo, en Amsterdam siga costando implementar una bicicleta plegable, porque para ellos es sinónimo de poca calidad.
Algunos amantes de la marca se quejan de que, precisamente, la búsqueda de ese nuevo mercado está traicionando algunos valores de Brompton. En su opinión, lo que era un vehículo robusto, práctico y relativamente accesible se ha transformado en un objeto demasiado aspiracional y, quizá, algo caro.
Nuestra primera obligación es mantener la calidad del producto, y una de nuestras principales batallas es, precisamente, mantener el equilibrio entre un producto muy cuidado y un presupuesto accesible. Es verdad que el precio de las Brompton ha subido en estos años, pero ya era una bicicleta “cara” hace dos décadas… Mientras, en este tiempo, hemos invertido mucho en tecnología, hemos pulido la calidad, no hemos parado de pelear por tener la mejor bicicleta posible. Nuestro objetivo de llegar a un público cada vez más joven, a más mujeres, es además incompatible con subir demasiado los precios… Por eso la gama, también, está creciendo. Puedes comprar la Brompton de titanio y seis marchas por mucho dinero, pero también, por la mitad, conseguir el modelo básico, que es suficiente para casi todo el mundo. Y por supuesto: a todos aquellos que me dicen que una Brompton es cara les diría que piensen en su practicidad, su fiabilidad y, desde luego, en lo que se ahorrarán en transporte público o, está claro, un vehículo privado si apuestan por ella.
“Una de nuestras principales batallas es la de mantener el equilibrio entre un producto muy cuidado y un presupuesto asequible”
Para el crecimiento del ciclismo urbano y, por extensión, de una marca como Brompton, es fundamental introducir y fomentar el uso de la bicicleta en la ciudad. ¿Qué relación tiene la marca con políticos para promover la bici?
Tenemos que ser una voz importante a la hora de difundir los beneficios del ciclismo, pero es no implica amenazar otras formas de transporte, sino tratar de complementarlas y colaborar con ellas. En Londres, por ejemplo, hemos realizado distintas iniciativas con instituciones como Transport for London, y ya ofrecemos desde hace 5 años distintos docks donde coger y devolver nuestras bicicletas. Ayer, sin ir más lejos, estuvimos con políticos de Madrid, y comentamos cómo la creación de infraestructura ciclista es importantísima para desarrollar la bicicleta, y todos llegamos a la conclusión de que, en este preciso instante, vivimos una gran oportunidad.
¿Y con las grandes empresas? ¿No intentan mostrarles las ventajas que tendría que sus empleados se muevan en bici?
Ese es un gran mercado por explorar, en efecto, que estamos estudiando. Hemos hablado con instituciones como la BBC, donde muchos de sus trabajadores ya usan la Brompton, y nos hemos dado cuenta de que es algo que crece de manera orgánica pero que, desde luego, también requiere de cierta proactividad. Cada vez seremos más dinámicos con las empresas: ofreciéndoles una flota, aparcamientos aprovechando que nuestras bicis requieren mucho menos espacio, mostrándoles que en bicicleta sus empleados llegarán antes, de mejor humos y, encima, se ahorrarán mucho dinero en taxis.
Hace diez años era difícil imaginar que una marca como MINI, famosa por ofrecer coches pequeños, urbanos, ampliaría su gama y hasta triunfaría con un vehículo mucho más grande y con aspiraciones off-road como el Countryman. ¿Veremos dentro de unos años, quizá, una Brompton de carretera, o de montaña?
Nos encanta explotar posibilidades y buscar nuevas oportunidades de negocio, pero nuestra percepción es que el problema de la falta de espacio en las ciudades se hará mayor, y es ahí donde, al menos de momento, están nuestras oportunidades de crecer. En los próximos años nos centraremos en ofrecer bicicletas más ligeras, más prácticas, y por supuesto tendremos nuestra e-bike. Además, creemos saber qué es lo que hace especial a una Brompton, y eso está muy relacionado con su tamaño, su peso y su filosofía.
“Nuestra eléctrica estará en la calle en unos meses, a un precio de entre 2.000 y 2.500 euros”
Hablando de la e-bike… Muchos la esperan, pero sigue sin llegar. ¿Qué novedades hay?
En ese sentido, somos muy claros: no paramos de desarrollar prototipos, de experimentar y avanzar hasta poder ofrecer un modelo que cumpla con nuestras expectativas y con las de nuestros clientes. La inversión en tecnología está siendo grande, y espero que en unos meses esté en la calle. ¿El precio? Nuestros principales mercados serán Alemania, Reino Unido y los Países Bajos, e intentaremos que su precio esté en torno a los 3.000 euros.