A favor
Podemos, y debemos, llevarnos bien. La bicicleta de montaña está pensada para circular por el monte, así que… ¿Quiénes son los políticos, sean del signo que sean, para prohibirnos a los ciclistas ese derecho? ¿En qué se basan los supuestos ecologistas para decir que no respetamos el entorno natural? Mienten: por definición, los ciclistas de montaña amamos la naturaleza. Y por tanto, respetamos como los que más su limpieza, conservación y cuidado, porque es precisamente nuestro lugar preferido para pedalear. El MTB es perfectamente compatible con el derecho de los senderistas a disfrutar de la naturaleza, básicamente, porque nosotros pretendemos (y hacemos) lo mismo. Señores políticos: no creen un problema que nunca existió. Señores ecologistas: no busquen enemigos donde siempre hubo aliados.
En contra
No hay que obviar un hecho innegable: no todos somos ciclistas pero sí en un momento dado, somos peatones. Y también senderistas o paseantes a los que les gusta disfrutar del campo con la tranquilidad que eso implica, sin vernos obligados a apartarnos ante el paso de un ciclista a toda velocidad o a toparnos con la basura que a menudo dejan algunos ciclistas incívicos. Aunque entendemos que la bici es, ante todo, un medio de transporte, sabemos que para otros no es más que un deporte de fin de semana. Gente que coge su todoterreno para ir al monte a disfrutar de su carísima bicicleta. De acuerdo: tienen todo el derecho a hacerlo, pero su disfrute no puede condicionar los derechos del resto, porque seguiremos alimentando la (malintencionada e injusta) tesis de que los ciclistas no respetamos a nada ni a nadie en el campo, la carretera o la ciudad. ¿Ciclistas en la montaña? Sí, pero no por cualquier parte, ni a cualquier precio.