Desde que en 1865 se inventara el primer prototipo de bicicleta, el llamado “Dandy horse” o Draisiana, el mundo de las dos ruedas no ha dejado de superarse, sobre todo en aquella primera época, cuando el velocípedo -que ya incorporaba pedales en la rueda delantera– causó furor. BASF, una de las mayores empresas químicas actuales, y que surgió por aquel tiempo, junto con el estudio de diseño DING3000, han querido homenajear el entusiasmo tecnológico de aquellos años con un experimento muy singular: construir el primer velocípedo, pero contando, eso sí, con la tecnología y los novedosos materiales actuales.
“Rethinking materials”
El resultado es el “Concept 1865”, un velocípedo eléctrico que cuenta con un motor de 250 W y 24 tipos de polímeros diferentes. El diseño, que se mantiene fiel al modelo original, esconde sin embargo muchos secretos. Sin cadena -los pedales están insertados en la rueda delantera- y con con la batería insertada en el sillín desmontable -lo que facilita su extracción y transporte-, este velocípedo eléctrico está compuesto de materiales absolutamente increíbles. Entre ellos, el sillín de Elastoflex W, o los pedales, para los que se ha utilizado Ultramid D mix HMG, un material plástico de gran resistencia. Pero hay más: la rueda delantera -de 39 pulgadas- está hecha asimismo de Ultracom, otro material plástico con gran resistencia mecánica y estable térmicamente. Y cómo no, no podía faltar unos neumáticos (Infinergy) que no se pinchan bajo ninguna circunstancia.
Innovación y revolución tecnológica. Este es el mensaje que BASF ha querido lanzar a sus clientes con este experimento, mostrando las increíbles ventajas y aplicaciones que el plástico ofrece, el cual podría sustituir con eficacia a otros materiales tradicionales -como el metal- . Una posible revolución en el mundo del ciclismo, como la que se vivió cuando la bicicleta empezó a dar sus primeros pasos.