La idea nació en 2010, cuando un grupo de amigos se puso manos a la obra para mejorar la seguridad cuando se movían en bicicleta. Por supuesto, uno de sus grandes miedos era ser atropellados por un conductor despistado, por lo que decidieron investigar sobre cómo podía mejorarse ese aspecto.
Dicho y hecho: Franz Struwig, el máximo responsable del proyecto (un informático sudáfricano “apasionado por las iniciativas que reúnan negocio, tecnología y contacto con las personas”), creó un equipo que unos años después ha completado el Backtracker.
El radar detecta vehículos hasta a 122 metros
¿Cómo funciona Backtracker? La clave es un radar trasero, que detecta si algún vehículo nos sigue y a qué distancia se encuentra. Esa información se manifiesta de dos maneras: a través de una pantalla en el manillar, que avisa al ciclista de la existencia y proximidad del vehículo que se acerca por detrás, y por la clásica luz roja trasera, que parpadea con mayor intensidad según el vehículo se acerca, haciendo cada vez más visible la bici.
El radar detecta vehículos hasta una distancia de 122 metros, y parece útil no sólo para evitar las temidas colisiones traseras, sino también para saber, por ejemplo, cuándo podemos girar a la izquierda o cambiar de carril sin que un vehículo nos intente adelantar a la vez.
El proyecto busca actualmente financiación. Es posible ayudarles en esta dirección o seguirles en Facebook, y comprar ya un Backtracker por el precio de poco más de 110 euros.
The Journey Begins from Backtracker on Vimeo.