Aunque todavía tenga mucho camino por delante en España, Ridgeback es muy conocida en Inglaterra. ¿Cuál es la filosofía y objetivos de la compañía?
Ridgeback es, en Inglaterra, la marca número en lo que se refiere a las bicicletas urbanas. Nuestros modelos se distinguen por su calidad de montaje y haber sido concebidos para los ciclistas urbanos y sus desplazamientos cotidianos por la ciudad. Además, no somos unos recién llegados; tenemos una larga historia y patrimonio, que nos permiten ofrecer una garantía de por vida en todos nuestros modelos.
Dentro del enorme catálogo de la marca, es cierto que la bicicleta urbana tiene un gran peso. ¿Cuáles son las demandas específicas de este tipo de clientes?
El cliente inglés y, en general, el del norte de Europa pide una bicicleta de calidad en la que puedan confiar. La bicicleta ha de ser capaz de resistir las duras condiciones climáticas a las que será expuesta, puesto que es el día a día para ellos: si tuviesen que esperar a que haga bueno o salga el sol pocas veces montarían en bici. Además de una fabricación a la altura, los componentes juegan un papel esencial en la calidad del producto final.
¿Por qué la marca ha decidido saltar al mercado eléctrico?
Cada vez hay más demanda en este mercado, que para muchos representa el futuro del ciclismo urbano.
¿Cuáles son los principales desafíos en este sentido?
Este era el primer paso: se pueden hacer bicicletas eléctricas de muchas maneras pero, para hacerlo bien, hay que estudiarlo. El sistema que finalmente implementamos fue el STePS de Shimano, uno de los más avanzados en el mercado que escogimos por su fiabilidad, desempeño, corto tiempo de carga y durabilidad de su batería.
¿Veremos pronto motores eléctricos en toda la gama?
El primer modelo con el que empezamos fue la Electron que, en efecto, es una bicicleta más bien de paseo. Pero actualmente estamos desarrollando y expandiendo el sistema eléctrico a toda la gama.
¿Vive el ciclismo un boom en el Reino Unido?
Más que de un pico, hablamos más bien de un crecimiento constante. Diría, más bien, que lo ha crecido descomunalmente es el número de nuevas marcas y opciones disponibles en el mercado.
Apps para telefonía móvil, dispositivos GPS… ¿Es la conectividad la próxima frontera de la bicicleta?
No es una prioridad pero, en efecto, es algo que se va siguiendo de cerca.
La marca tiene una trayectoria de más de 30 años. ¿En qué han cambiado más las bicicletas en general, y las Ridgeback en concreto, a lo largo de este tiempo?
Los principales cambios están relacionados con los materiales y el tipo de bicis que el mercado demanda. La gente pide bicicletas ligeras pero resistentes, con lo que vemos cada vez más aluminio y menos acero.
Ridgeback es distribuida en España por Rumble Bikes.
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