Bicicletas

¡Alerta: cacos!

“Un ladrón de bicis español haría el agosto en esta ciudad”. La conversación entre dos compatriotas, de vacaciones en una pequeña ciudad centroeuropea, da qué pensar. Ellos, ciclistas urbanos concienciados, jamás robarían una bicicleta. Y sin embargo, están perplejos ante la poca dificultad que encontraría aquí un amigo de lo ajeno mínimamente espabilado: muchas bicicletas ni siquiera están candadas, y las que lo están apenas cuentan con una frágil cadena que fija la rueda al cuadro. Casi nadie estima necesario fijarlas a una señal o elemento fijo del mobiliario urbano. “Si pasa un ladrón de noche con una furgoneta, se las lleva todas”, especulan. Pero eso, simplemente, no ocurre.

La realidad (triste, en este sentido) es que no vivimos en uno de esos lugares de seguridad idílica. En España, dejar la bicicleta en la calle implica un riesgo evidente, mayor o menor según la ciudad y la zona en que nos encontremos, de que no siga allí cuando volvamos a la mañana siguiente. O pasado un rato. Porque romper un candado -especialmente los de cable trenzado, muy extendidos- es mucho más sencillo de lo que algunos piensan. Apenas hacen falta unos segundos… y una buena cizalla.

Cuando llegas… y tu bici ya no está

“Me acababa de comprar una bici de segunda mano, con una cesta preciosa”, recuerda María, actriz murciana de 30 años residente en Madrid. “La dejé en la plaza de Lavapiés… y me la robaron en menos de una hora. Me puse a llorar, no podía creérmelo. ¡Si no paraba de pasar gente!”. Juana, de Barcelona, se ha visto en una situación parecida más veces. “Me han robado tres bicicletas. Al final, opté por vender la última que me compré y hacerme con una muy barata, que ahora dejo siempre en la calle sin miedo”. Una sabia decisión por la que opta cada vez más gente.

“Me han robado tres bicicletas. Al final, opté por hacerme con una muy barata, que ahora dejo siempre en la calle sin miedo”

Desgraciadamente, un altísimo porcentaje de ciclistas urbanos ha vivido alguna vez una situación como las que cuentan María y Juana. Y el futuro no tiene mejor pinta. “El robo de bicicletas en España está experimentando un preocupante auge”, explica Álvaro Remesal, de la web bicisrobadas, que funciona como un censo de bicicletas que nació para facilitar su recuperación en caso de robo. “El auge del ciclismo urbano ha provocado que cada vez se roben más bicis, y no sólo en la calle: también está aumentando el robo en trasteros y garajes”. Buena parte del problema pasa por la impunidad de la que goza el ladrón. “Si la policía lo detiene, como a menudo ni siquiera hay denuncia, al final no hay condenas o son insuficientes”, lamenta Remesal.

¿Y dónde acaban esas bicis? “Una gran parte son sacadas del país en pocos días para ser vendidas, sobre todo en países norteafricanos”, explica Remesal. “El resto se venden en España a través de webs de anuncios clasificados, mercadillos o tiendas de segunda mano”. Desde su web calculan que registran un 10% de los robos que se producen en España, algo que parece claramente insuficiente. Por ello, hace un llamamiento para la creación de un sistema de registro “a nivel nacional y centralizado en la Policía”. Iniciativas como Biciprotect o Biciregistro ya trabajan en esa dirección, facilitando sistemas de marcaje y registro de las bicicletas. Del mismo modo, ayuntamientos como el de Zaragoza o Alicante han puesto en marcha registros municipales para tratar de paliar un problema cada vez más acuciante.

Una gran parte de las bicis robadas son sacadas del país en pocos días para ser vendidas

Comprar, vender, recuperar

“Es fundamental apuntar el número de serie de tu bicicleta. Siempre”, cuenta José Luis Martínez. Sabe de lo que habla: hace seis meses puso en marcha Recycling Madrid, una tienda de bicicletas de segunda mano que registra puntillosamente cada operación de compraventa. “Muchas de las bicicletas que se encuentran en webs de segunda mano son robadas”, confirma Martínez. “Nosotros cogemos el DNI del cliente y el número de cuadro que viene reflejado, en el 95% de los casos, en la caja del pedalier”. Con ello se evita que cualquiera venda una bici de la que no es propietario. “El único que legalmente puede vendernos una bicicleta es su dueño y titular. Ni el primo, ni un familiar”. Por el momento, sólo en una ocasión se presentó la policía en la tienda. “Un cliente vio su bicicleta en el escaparate y vino al día siguiente con la policía, que rápidamente obtuvo los datos del vendedor. Personalmente, estoy encantado de haber ayudado a recuperar una bici robada”

¿Cuánto quieres a tu compañera?

Estos son los niveles de seguridad que obtienes con los distintos tipos de candado:

Cómo candar tu bici
Cómo candar tu bici

10 CONSEJOS para evitar un robo

  1. Deja la bici en un lugar lo más transitado posible. Si te ves obligado a dejarla de noche, procura que el lugar esté iluminado.
  2. Utiliza un candado tipo U. Son pesados, pero también los más seguros. Si además lo acompañas con una buena cadena, se lo pondrás más difícil al caco.
  3. Cándala a un elemento fijo y anclado al suelo. Nunca a un árbol.
  4. Asegura varias partes de la bici: el cuadro, el sillín y ambas ruedas es lo ideal.
  5. Cambia los cierres rápidos por tuercas fijas: complicarán mucho el robo de partes de tu bici.
  6. Átala lo más alto que puedas. Un candado a ras de suelo siempre es más fácil de romper.
  7. Ten guardado el mayor número posible de datos de tu bici: factura de compra, número de serie, etc. Tenerlos será de gran ayuda en caso de robo.
  8. Sé discreto. Una bici barata y sencilla siempre es menos apetecible para el ladrón.
  9. En caso de robo, denúncialo. Así tendrás, al menos, alguna posibilidad de recuperar a tu compañera.
  10. No compres bicicletas de dudosa procedencia: estarás contribuyendo a que aumenten los robos. CÓMO CANDAR TU BICI