Ocurrió en el reciente criterium de Gijón: la favorita, Ainara Elbusto, salía con una bala y ya en las primeras vueltas se distanciaba del resto de corredoras. Hasta que un problema la obligó a cambiar de bicicleta… No importó: en una exhibición de pundonor,Elbusto recortó distancias hasta terminar tercera a pocos segundos de la ganadora. Una exhibición de coraje y clase que pronto podremos corroborar en el Red Hook Criterium de Barcelona, que se celebra en el Parc del Fòrum el próximo 27 de agosto.
¿Por qué empezaste a correr criteriums?
Fue en 2014: me invitaron al Red Hook Criterium, se lo comenté a mi entrenador y me dijo que era idóneo para mi perfil.
¿Qué exigen las carreras de este tipo?
Bastante técnica para trazar las curvas, potencia en el sprint y no tener miedo.
¿Miedo?
Sí… Las finales de pruebas como el Red Hook Criterium son por la noche, apenas hay visibilidad y al rodar en un pelotón, sin frenos, hay que controlar bastante. He corrido en velódromos desde muy joven y hay bastantes diferencias… El primer día iba un poco asustada pero, la verdad, desde entonces no he vuelto a pasar miedo nunca.
Dicen que también hay mucho compañerismo.
Es verdad… En los criteriums de piñón fijo no hay ningún mal rollo entre las corredoras. Nos llevamos muy bien.
¿Cómo está evolucionando el mundo del piñón fijo?
Cuando empecé vi que había bastante nivel, pero en estos dos años ha crecido mucho más. Poco a poco se está volviendo más profesional, y creo que en no demasiado tiempo irá, todavía, a más.
¿Qué es lo mejor de un criterium?
El ambiente. Por supuesto, también la carrera, la adrenalina, pero sobre todo el ambiente entre los corredores, la relación con los organizadores y la respuesta del público.
¿Cómo te entrenas para estas pruebas?
El practicar ciclismo en ruta a diario me sirve de entrenamiento. Aunque, los días previos a una carrera, me preparo un poco más con la bicicleta de pista, aunque con la carretera sería suficiente.