El nombre ABUS es un acrónimo de su fundador, August Bremicker. Fiel reflejo de una empresa familiar que, en periodo de entreguerras, empezó fabricando candados convencionales, tradición que se mantiene. El primero fue bautizado como Iron Rock: le quedaba bien, tanto que la palabra ‘Rock’ (piedra) sigue presente en su catálogo (es el candado cuya foto abre este reportaje).
Porque Rock es sinónimo de dureza, firmeza y solidez. Pero la filosofía de la marca no se limita a esos conceptos: su ‘Ecolution’ es sinónimo del primer candado ecológico, ‘Titalium’ de productos que aúnan seguridad y ligereza, y la gama ‘Touch’ ha ido un paso más allá con sus candados de apertura por huella dactilar.
Innovando cada día, pero sin olvidar tu origen: así es como se consigue que una empresa represente, con solo mencionar el nombre de ABUS, tantos valores. La referencia Los productos para bicicletas no tardarían en aparecer. Cuando ABUS contaba con siete años, en 1931, lanzó al mercado el ‘Nr. 1000’, su primer candado ciclista. 92 años fabricando candados para bicis implica mucha experiencia: es fácil comprender porque la marca es la referencia mundial en este sector.
Pasaron más de 25 años hasta que, en 1957, se inauguró la planta principal de producción de ABUS en Rehe, un pueblo en Alemania. En ese edificio, bautizado con el nombre del fundador, se siguen fabricando y probando los productos ABUS. No han parado: poco después de abrir sus puertas ya salían de allí varios candados para bicicletas, incluido uno de cuadro, el 1200 y otro con cable de acero.
Siempre atentos a los usuarios y con una mirada visionaria, ABUS inauguró su primera fábrica en Asia y lanzó, en 1971, su primer candado en forma de U. Fue concebido para asegurar motos, pero supuso un hito que abrió una nueva línea y marcó el camino. No fue la primera vez, y tampoco la última: en 2007 llegó el antirrobo plegable BORDO, un candado reducido, innovador y compacto, tan popular actualmente que, sin ir más lejos, es usado a diario por el equipo de Ciclosfera.
En 2018 ABUS fue la primera en desarrollar la tecnología digital SmartX, que permite abrir los candados con una app de la marca, evitando cerraduras e incrementando aún más la seguridad. ¿Lo último? El Goose Lock, lanzado en 2023: un candado maleable y enrollable para llevar de forma cómoda, rápida y sin ruidos o roces.
En cabeza
El desafío de proteger fue aún más allá en 1974, cuando ABUS lanzó su primera colección de cascos. Pasó poco tiempo antes de que la firma alemana fuese también, a nivel mundial, referente. 2016 fue año importante por dos motivos: ABUS llegó a un acuerdo para adquirir la empresa italiana Maxi Studio, lo que facilitó la creación de modelos de gama alta. Y ese mismo año empezó a colaborar con el Movistar Team, facilitando que los profesionales probasen y opinasen sobre los cascos, que desde entonces incrementaron aún más sus estándares de calidad y rendimiento.
Como ejemplo, el modelo Gamechanger, que elevó a ABUS a lo más alto del ámbito deportivo, y desarrollado en la entonces recién inaugurada sede en Wetter, ABUS Security World, un lugar único, inmersivo, con más de mil metros cuadrados de exposición y el museo de la empresa.
Un lugar de peregrinaje donde mirar al pasado y al futuro y que alberga el prestigioso test lab para cascos dirigido por un equipo de ingenieros en constante búsqueda de soluciones e imaginando cuál sería la mejor protección para cualquier usuario.
La mezcla de tradición y modernidad, pasión y tecnología han hecho de ABUS un modelo a seguir en la industria ciclista.
Hoy, infinidad de personas lucen cascos como los Made in Italy, un ejemplo de rendimiento, comodidad, ventilación y relación calidad-precio. Sin olvidar los Airbreaker, Stormchaser o el reciente Powerdome. Una gama urbana con 15 modelos, muchos de ellos con iluminación incorporada y capaces de cubrir cualquier necesidad. Y todo ello por no hablar de la gama MTB, con la posibilidad de incluir el chip QUIN desarrollado por ABUS, que avisa a tus contactos en caso de accidente.
Hoy. Y mañana
Hoy ABUS cuenta con delegaciones en decenas de países, y son capaces de garantizar un contacto real y directo con las tiendas sin necesidad de intermediarios, algo que suelen agradecer los comerciantes.
El éxito, además de en el trabajo, también reside en su filosofía: un control exhaustivo desde la materia prima hasta la venta, con un cuidado especial en la sostenibilidad, usando desde hace años pinturas o tintas biodegradables. Y lo que viene, porque muy pronto ABUS prescindirá también de plásticos y, en el plazo máximo de un año, el 100% de sus productos estarán empaquetados con material reciclable.
Suma y sigue: constante búsqueda de excelencia e innovación, fuerte y positiva mentalidad en todos los departamentos y procesos de fabricación, logística, instalaciones, I+D y, debido a un carácter familiar que se conserva intacto, una dimensión humana que repercute en sus más de 4.000 empleados.
¿La clave? Que todos ellos se sientan felices, motivados y seguros, porque eso se reflejará también en los productos y, a la postre, en las vidas de los usuarios.