Medio año de aventura está a punto de concluir. El joven valenciano Rafa Sanchís Lloret está finalizando su vuelta a España en bicicleta y regresará por fin a su tierra, Valencia, el próximo sábado 15 de diciembre. Lo hace después de haber recorrido la geografía recogiendo y remolcando toda la basura posible para depositarla en los puntos limpios correspondientes, en un proyecto que ha bautizado Miss Pachamama.
Además de recoger varias toneladas de basura a lo largo y ancho de su viaje –fundamentalmente envases de plástico, briks y latas en parajes naturales, bosques, playas– Rafa también ha impartido charlas en colegios y ha sensibilizado de este grave problema desde sus redes sociales.
La inquietud de Rafa surgió al tomar conciencia de la preocupante acumulación de residuos en los lugares más insospechados. “La aventura empezó oficialmente el 14 de julio desde las Torres de Serrano de Valencia, pero se empezó a forjar un poco antes”, cuenta Rafa a Ciclosfera. “Me gustan mucho los deportes de aventura, y a principios de junio estaba dando la vuelta a Ibiza en kayac y me di cuenta del estado de las playas: había muchísima basura. Decidí pasar una noche en una playa donde había habido una fiesta, y al día siguiente vi a un señor alemán que me contó que nunca había visto el lugar tan sucio. Juntos recogimos la basura y, desde entonces, decidí que tenía que decidir ser parte de la solución en lugar de parte del problema, porque toda esa basura acaba en el mar”.
“Estaba cansado de quejarme y no hacer nada”, reconoce Rafa. “Por eso he intentado dar visibilidad a este problema, de cara a que la gente entienda que hay que consumir menos plástico y cambie su manera de comprar. Dar charlas a los más pequeños también es una parte fundamental del proyecto”.
“En los bordes de un riachuelo desenterré una bolsa de pipas con fecha de caducidad de 1997”
“Yo sabía que había basura, pero no me imaginaba tal cantidad”, lamenta Rafa. “Cuando sales a buscarla te das cuenta de la cantidad que hay en la naturaleza. Me he encontrado de todo: desde alfombras y persianas en mitad del bosque hasta pupitres. Incluso en los bordes de un riachuelo desenterré una bolsa de pipas con fecha de caducidad de 1997. Esto da que pensar”.
¿Se ha logrado el objetivo? “Estoy contento con los resultados. Aún queda mucho por hacer: este es un proyecto muy pequeñito”, reconoce Rafa. “Me escribe mucha gente de toda España diciéndome que les he ayudado a introducir determinados cambios en su vida, pero también amigos cercanos que nunca estuvieron especialmente concienciados con este problema y que han cambiado el chip. Así que creo que el mensaje ha ido calando”.
Para su regreso a Valencia, el 15 de diciembre, está prevista su última limpieza de este viaje en la playa de Pinedo de Valencia en compañía de todas aquellas personas que quieran acompañarlo. Desde esa playa él, su bicicleta y el grupo acompañante entrarán a la ciudad por las Torres de Serranos que le vieron salir.