Los datos están ahí: España es el país en el que más crece el uso de la bicicleta en el mundo. Y aunque aún hablamos de un porcentaje residual frente a otros países europeos, cada vez son más las empresas que encuentran en el ciclismo urbano un nicho de mercado con un amplio margen de crecimiento. “En España siempre ha habido mucha afición al ciclismo, pero este siempre se había asociado a la mountain bike. Estaba claro que el potencial del ciclismo urbano estaba ahí”. El que habla es Raúl de Juan, responsable de Urbanbiker, empresa centrada en las bicicletas eléctricas concebidas para satisfacer las necesidades del ciclista urbano más exigente.
Urbanbiker nació hace algo más de cinco años. “Conocíamos el sector y teníamos experiencia industrial”, recuerda Raúl. “Vimos la oportunidad de un mercado en crecimiento: las marcas que había entonces no estaban muy consolidadas y no nos lo pensamos mucho. Siempre hay un componente irracional cuando se empieza un proyecto empresarial”.
Ese factor irracional, y al mismo tiempo apasionado, fue el que motivó a los responsables de Urbanbiker a dar forma a unas bicicletas de las que, ante todo, sentirse orgullosos. “Hemos intentado, lo primero, conocer el tipo de cliente de bicicleta eléctrica urbana. Ver qué es lo que más valora, cuál es la frecuencia de uso y el tipo de trayectos que realiza. Nos dimos cuenta que, además de la estética, la fiabilidad y la comodidad eran claves en las preferencias de estos usuarios. Si la usas para ir a trabajar o hacer gestiones no te puedes permitir averías, ni en la parte eléctrica, ni en la mecánica. Tanto el diseño de la bicicleta como los componentes que utilizamos están pensados para satisfacer estas necesidades”.
Entre los modelos que la firma pone a disposición de sus clientes destaca el Niza, la última novedad de la marca. Entre sus principales bazas, un sistema de plegado sencillo y elementos de confort tales como un sillín de gel, amortiguación delantera o puños ergonómicos para hacer más placenteros los desplazamientos urbanos. Todos sus componentes son de marcas de prestigio. La parte eléctrica ha sido certificada en Alemania y tiene dos años de garantía. La Niza cuenta con cambio Shimano Revoshift Tourney de 7 velocidades, y una batería de 9 amperios que nos permita trayectos de hasta 50 kilómetros. Por si fuera poco, incluye también una salida USB que permite al ciclista recargar el móvil o usarlo como GPS conectado a la propia bicicleta.
La importancia de la confianza
Sobre este último punto, Raúl apunta: “queríamos tener garantías y limitar al máximo las averías. En Alemania se venden más de 400.000 bicicletas eléctricas al año, y eso les da la experiencia que necesitábamos para lanzar productos de calidad”. Una calidad que está directamente relacionada con la atención al cliente, a la que desde Urbanbiker se presta especial atención. “Este es un producto todavía desconocido. Por eso es importante generar confianza en los clientes y que éstos vean el valor que le aportan nuestros productos y las garantías que ofrecemos”.
En opinión de Raúl, “es difícil encontrar un cliente insatisfecho con su bicicleta eléctrica”. Entre los que conocen bien las que él vende, la sensación es la misma. “Gustan sus bicicletas porque es un mercado muy competitivo, en el que hay tanto bicis muy caras como otras más asequibles”, explica Cristian Zidan, de Biobike. “Dentro de las asequibles, las Urbanbiker se imponen por tener un precio muy bueno y no dar problemas”. La relación entre Urbanbiker y Biobike, que ya tiene más de cuatro años, “va a más”, según Cristian. Algo a lo que también ayuda la buena sintonía entre ambos. “Raúl es un tío estupendo, no sólo por las bicis eléctricas sino también como persona”, sentencia Cristian.
Desde Biciclick, portal especializado en la venta de bicis eléctricas, su dueño, Fernando Martín coincide en las alabanzas a Urbanbiker. “Fue una de las primeras marcas con las que empezamos a trabajar”, recuerda. Martín destaca “la gran calidad-precio” de estas bicicletas. “Están bien acabadas, tienen buenos componentes… Cuando vendes una bici eléctrica y no vuelves a ver al cliente es un gran síntoma”. Ese es, quizá, el secreto del éxito de modelos como Sidney o Mini, de los que se han vendido “una barbaridad”, cuenta Fernando. “Tienen un precio bajo y salen muy bien paradas al compararse con otros modelos del mismo rango”, apunta.
Es posible que, en un futuro, las calles estén plagadas de bicicletas eléctricas. Raúl se muestra convencido de que es muy posible que muchos potenciales usuarios de bicicleta eléctrica vean en ellas una alternativa real de movilidad urbana “en cuanto las prueben”. Sin embargo, y aunque se muestra convencido de que el futuro pasa por esta manera de entender la movilidad, todavía hay mucho camino que recorrer. “La complacencia nunca es un buen aliado”, apostilla.