Ligereza, estética, precio y sostenibilidad. Son algunos de los principales pilares sobre los que gira el proyecto Cyclic, unas espectaculares bicicletas diseñadas y fabricadas en Zaragoza con las que sus responsables se han propuesto un objetivo ambicioso: cambiar el paradigma del ciclismo urbano.
“Cyclic nació hace algo más de dos años”, cuenta a Ciclosfera Sergio Serrano, ingeniero industrial y uno de los responsables del proyecto. “Desde que acabé la carrera empecé a trabajar con fibra de carbono. Soy un apasionado de las bicis, ciclista de carretera y cicloturista además de ciclista urbano habitual. También de la fibra de carbono. Los métodos tradicionales de fabricación hacen que sea prácticamente imposible competir con los cuadros fabricados en China, por lo que empezamos a darle vueltas para intentar hacerlo de una manera diferente y que nos permitiera fabricar aquí”.
Finalmente, los responsables de Cyclic dieron con la respuesta: Hacerlo por piezas. “Las piezas de unión de los tubos se realizan con polímero reforzado inyectado, y los tubos se fabrican por separado. Una vez tienes las piezas sueltas, unir el cuadro es como hacer un puzzle”, explica Sergio. “Empezamos a hacer prototipos y, como vimos que tenía sentido, decidimos darle un poco más de forma”. El resultado es un cuadro de fibra de carbono de estética fixie, con unas zonas de unión muy llamativas que, a la postre, se han convertido en una imagen de marca. Además, la forma de fabricarlo permite hacerlo a la medida del ciclista.
Sostenibilidad por bandera
Cyclic cuenta con un punto a favor muy a tener en cuenta: toda la fabricación es 100% made in Spain. O, mejor dicho, made in Zaragoza. “Esa filosofía está ligada al respeto por el medio ambiente. Creemos que no tiene mucho sentido moverse en bicicleta para ahorrar emisiones de CO2 si te estás comprando una bici cuyos componentes han venido del otro extremo del mundo, con todo lo que eso conlleva a nivel de emisiones por culpa del transporte”, explica Sergio. No le falta razón.
“Queremos plagar las calles de bicis: por un precio razonable tienes una bici única de carbono”
Al mismo tiempo, una de las grandes ventajas de esta manera de fabricar es el precio final, muy competitivo. “Producir de esta manera alternativa nos permite abaratar los costes de producción”, explica Sergio. “Lo que queremos es plagar las calles de bicis. Que el precio no sea un obstáculo: por un precio razonable tienes una bici única de carbono”.
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Más allá del precio, el carbono es precisamente el elemento diferenciador de las Cyclic. “Queremos trasladar la ligereza de las bicis de carretera a la ciudad. A mí me gusta mucho ir en bici y a veces me cuesta arrastrar a mi mujer, que tiene su bici holandesa de paseo muy pesada. Siempre me decía “si tuviera una tan ligera como la tuya de carretera la usaría más”. De ahí surgió la idea”, cuenta Sergio. “Queremos democratizar la fibra de carbono en las ciudades”.
Para poner en marcha el proyecto, los responsables de Cyclic han optado por el crowdfunding a través de la plataforma indiegogo. “Al ser una marca nueva y no muy conocida, queríamos hacer la campaña de lanzamiento para empezar a producir en serie. El motivo es que para hacer las piezas de unión necesitamos unos moldes que cuestan bastante dinero, por lo que para ese empujoncito inicial pensamos que la mejor idea es un crowdfunding con el que hagamos unas preventas”. ¿Inconvenientes de este sistema? “Todavía hay mucha gente que no sabe lo que es un crowdfunding”, reconoce Sergio. “Hay personas a las que todavía le genera una cierta desconfianza eso de comprar algo que le vas a dar en marzo”, apunta.
Esa es la fecha escogida: la próxima primavera, las primeras bicis de Cyclic empezarán a poblar las calles. Porque es cierto: hacen falta muchas más bicicletas en nuestras ciudades. ¿Qué hace falta para que el ciclismo urbano termine de explotar en España? Sergio lo tiene claro. “Es necesario educar a la sociedad en que la bici es un elemento más de la movilidad urbana”, reflexiona. “Yo salgo mucho en bicicleta y a menudo tengo discusiones con conductores, a pesar de que jamás me salto ninguna norma”, lamenta. “Desgraciadamente, mucha gente no asume todavía que hay que respetar a la bicicleta como un vehículo más. Asimismo, el clima también influye mucho: aquí, en Zaragoza, tenemos mucho viento y frío en invierno, y mucho calor en invierno. Y por último, hacen falta infraestructuras ciclistas: en Zaragoza mucha gente se ha animado a ir en bici gracias a la proliferación de carriles bici. Pero cuando voy a otras ciudades como Madrid tengo la sensación de que me juego la vida. Las autoridades deben facilitar la movilidad ciclista con una infraestructura adecuada”, concluye.