El regalo estrella de las pasadas Navidades para nuestra hija mayor fue, sin duda, la Co-Pilot de WeeRide. Desde que descubrimos esta bici semitándem nos enamoramos de ella sin remedio y estuvo en la lista de los deseos hasta que el bueno del Olentzero (una especie de Papá Noel vasco) nos la trajo a casa.
Llegó en un paquete tan compacto que parecía imposible que allí dentro estuviera nuestro tesoro, pero sí. Abrir y montar fue tarea de un ratito. Al principio echamos de menos un libro de instrucciones en castellano, ya que sólo venía en inglés y francés, pero en cuanto nos pusimos manos a la obra vimos que no hacía falta en absoluto: el ensamblaje de las piezas es intuitivo y fácil con el par de herramientas que vienen incluidas en la caja.
Máxima funcionalidad
El tamaño de la Co-Pilot es más grande de lo que habíamos imaginado, aunque era previsible, porque está diseñada para niños entre 4 y 8 años. Nuestra hija tiene 5 y es bastante alta. Aún así pusimos el sillín en su punto más bajo para que pudiera llegar al suelo con los pies, imprescindible para que se sintiera segura.
Engancharla a mi bici en la barra del sillín también fue muy sencillo. Vivimos en un municipio pequeño cercano a Donostia y tengo que decir que cuando llegamos a este punto ya teníamos alrededor a gran parte de la chavalería del pueblo, todos pidiendo turno para probarla.
La cuestión de la movilidad y los desplazamientos es un tema central en casa, ya que nuestra hija tiene un tono muscular bajo y se fatiga fácilmente debido a una enfermedad muscular congénita, de manera que recorrer distancias medias y largas siempre supone todo un reto.
Perfecta para paseos largos
Disponemos de todo un parque móvil adaptado a cada situación: carrito, bici de equilibrio sin pedales, bici con pedales… pero nada de esto nos servía para hacer excursiones o paseos más largos en los que ella pudiera participar activamente sin cansarse demasiado. ¡Y entonces apareció la Co-Pilot!
Esta maravilla nos ha abierto todo un mundo de posibilidades: ahora podemos plantearnos recorrer distancias mayores todos juntos: nuestro bebé de 1 año en una sillita delantera, disfrutando del paisaje y saludando a todo el mundo, y la niña detrás de mí. Cuando se cansa, puede dejar de pedalear sin que eso se note en absoluto en la conducción de la bici, que sigue como si nada mientras mi hija se toma un respiro sin que tengamos que parar.
La sensación es de total seguridad
Descansa y se deja llevar, siempre avanzando encima de su bici. ¡Ah! Y el detalle del banderín que lleva detrás es como la guinda del pastel, le encanta. ¡Vamos a tunearlo añadiendo una bandera pirata! La sensación, tanto para la niña como para quien conduce la bici de delante, es de total seguridad. El tándem resulta muy estable y equilibrado, como si fuera una sola pieza. Hay que tener un poco de cuidado en los giros que sean cerrados calculando bien la distancia y la articulación del mástil que sujeta la Co-Pilot, pero la conducción no necesita fuerza extra ni ninguna habilidad especial.
Otro punto fuerte es que el diseño de la bici permite que la cría conserve en todo momento una buena postura, a diferencia de otros sistemas similares con los cuales es más fácil que terminen medio colgando, torcidos o inclinados.
Salir en familia con las bicis es ahora mucho más fácil y divertido
Salir en familia con las bicis es mucho más fácil y divertido para todos ahora. Recomendamos este sistema para cualquier niño que esté en esa edad en la que ya no caben en una sillita pero tampoco aguantan el ritmo llevando su propia bici. Y además todo el mundo que nos ve pasar nos saluda o al menos nos sonríe al vernos en una procesión tan original y feliz. ¡Una gozada!
Nuestro siguiente objetivo es probar a llevarla en el tren, para lo cual tendremos que desenganchar la Co-Pilot de la bici grande. Como el sistema resulta sencillo y rápido no supone mayor problema que encontrar espacio suficiente en el vagón. Y para las vacaciones de Semana Santa ya tenemos destino: ¡las Landas! Sobre ruedas, claro.