El gobierno ultraderechista de Polonia ha dado un paso más en su radicalización, en lo que empieza a parecer un peligroso camino sin retorno al delirio. Las últimas declaraciones hechas públicas por el ministro de Asuntos Exteriores, Witold Waszczykowski, señalan a “vegetarianos y ciclistas” como ejemplos de lo que considera una “Europa podrida” contra la que hay que luchar a toda costa.
Según informa el diario *El País, *el ministro Waszczykowski también ha dirigido sus dardos contra la mezcla de culturas y las energías renovables. Su objetivo es preservar a toda costa la identidad nacional polaca, basada según ellos en los intocables valores de la tradición cristiana, incompatibles con todo lo anterior y, al parecer, también con moverse en bicicleta o rechazar el consumo de carne.
El partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS) obtuvo la mayoría absoluta en las elecciones del pasado mes de octubre, algo que jamás había ocurrido en la historia reciente de Polonia. Al frente del ejecutivo está Beata Szydlo, aunque el gobierno está dirigido políticamente por Jaroslaw Kaczynski, el líder del partido. Jaroslaw es hermano gemelo de Lech Kaczynski, quien fuera presidente de Polonia desde 2005 hasta 2010, cuando falleció en un accidente de avión en el que también perdieron la vida varios altos cargos del país.
Tras alcanzar plenos poderes tras las pasadas elecciones, el PiS ha limitado las competencias del Tribunal Constitucional de Polonia y ha emprendido una cruzada contra los que considera traidores a la patria, en una serie de medidas que han suscitado duras críticas por parte de la Unión Europea. Entre sus primeros objetivos está la prensa y la libertad de expresión, con una ley que amplía el poder de vigilancia en Internet, correos electrónicos y teléfonos móviles. Ahora, los vegetarianos y ciclistas también están entre los sospechosos.