Hay dos cosas que todo ciclista urbano debe llevar: un buen sistema de iluminación para ser visible (y ver) a cualquier hora del día y un timbre potente para hacerse sentir en la “jungla del asfalto”.
ORP combina ambas funciones, al integrar dos luces LED de 140 lúmenes con un timbre que, encima, tiene dos tonos. “Dedicado a todos aquellos que tienen la determinación necesaria para enfrentarse al clima, al barro, al casación y al tráfico de moverse en bicicleta”, reza en su caja. Veamos hasta qué punto nos es útil…
Para empezar, el ORP intenta seducirnos con su estilo. Está disponible en varios colores (rojo, negro, blanco, azul, verde y naranja), y tiene un diseño sencillo y atractivo. Fabricado con una carcaza de policarbonato y recubierto con silicona, parece bastante resistente: lo hemos tirado al suelo desde la altura desde la que podría caer en una bicicleta y ha seguido funcionando sin ningún tipo de desperfecto. Es, además, fácil de enganchar a la bicicleta (mientras esta tenga un manillar de entre 26 y 33mm, es decir casi todas en el mercado, y viene con una tira que mejora el agarre) y, gracias a su gama de colores, puede incluso mejorar la estética de nuestra montura.
El ORP se carga por USB, y es resistente a los golpes y el agua
El siguiente paso es cargarlo. Hay algo que nos gusta mucho del ORP: no necesita pilas ni nada similar, sino que podemos alimentarlo con nuestro ordenador (por ejemplo) a través de un cable USB que viene incluido. Cuenta con una batería recargable de iones de litio que hace que cargarlo sea cuestión de minutos (en torno a media hora), y que dura entre 6 horas (con luz fija) y 12 (con luz intermitente).
Vamos, precisamente, con eso: su luminosidad. ORP ofrece 2 leds que proporcionan 140 lúmenes, con cuatro posiciones: apagado (para usar el timbre sin luz), intermitente, intermitente rápido y fija. En las tres últimas la luz es deslumbrante, y más que suficiente para circular por la noche. Para cambiar el programa basta con pulsar un botón superior, muy a mano. El ángulo de iluminación es de 120º y la sensación, sobre la bicicleta, es que vamos llamando la atención a nuestro alrededor, que es precisamente lo que necesitamos para que todos nos vean al circular por la noche. Si alguien no te ve con ORP es porque se te ha olvidado encenderlo o va mirando a otro sitio.
Y, en ese último caso… Todavía nos queda el timbre. Los timbres, mejor dicho: con un gatillo superior que queda también muy a mano, tenemos dos opciones de sonido. Si apretamos el gatillo hacia abajo sonará un pitido muy fuerte y “desagradable”, perfecto para avisar de nuestra presencia a cualquier conductor despistado. Un sonido perfecto para la calzada pero, por qué no reconocerlo, algo “agresivo” en otras situaciones… En las que apretaremos del gatillo hacia arriba. En ese caso, en vez del estridente pitido de 96 decibelios sonará otro pitido, más bajo (76dB), y mucho más “agradable”. Es decir: perfecto para peatones u otros ciclistas.
Con un solo dedo podemos manejar los dos timbres y los tres tipos de luz
Con un dedo, entonces, podemos manejar con comodidad y sencillez tres tipos de iluminación y dos de timbre. El ORP no es barato (65€), pero comprar un timbre y una luz por separado nos costará eso y, seguramente, nos traerá menos opciones y más complicaciones. Resistente al agua y los golpes, ORP parece un buen e inseparable compañero para nuestro día a día. ¡Hazte ver y oír con él!
* PVP final: 65€. Distribuidor en España: Ryme Bikes.
Valoración de la prueba
ORP combina, en un solo accesorio, dos tipos de timbre y tres de luz para hacernos muy presentes en el asfalto. No necesita pilas (se carga por USB), es resistente a los golpes y el agua y se instala en un minuto. Su precio es algo elevado, pero nos ahorra adquirir, instalar y mantener por separado dos complementos imprescindibles.
-
Resistencia
-
Usabilidad
-
Diseño
-
Autonomía
-
Instalación
-
Precio