Un nuevo modelo urbano se hace absolutamente imprescindible: un cambio que sólo será posible gracias a la actitud individual de cada uno de los ciclistas que pedalea para recuperar su lugar en las calles. Este el planteamiento inicial de Muévete Santiago, el colectivo urbano que nació con la necesidad de unir las voces de las muchas -y significativas- organizaciones ciclistas de Santiago de Chile.
Para ello, redactaron un manifiesto público en el que se invitó públicamente a sumarse a un “Nuevo Paradigma de Movilidad”, una campaña exitosa a la que se sumaron y comprometieron muchos de los actuales congresistas y autoridades políticas. Tras tres años de intenso trabajo y diálogo, el llamado “Jaguar de Latinoamérica” será la sede que acoja en 2016 el Foro Mundial de la Bicicleta. Ciclosfera ha querido saber más de este colectivo que*,* bajo el lema “Energía humana, poder ciudadano”, invita a transformar el modelo urbano.
¿Qué es exactamente y cuál es el objetivo de Muévete Santiago?
Es un grupo principalmente conformado por Organizaciones Ciclistas Ciudadanas del Gran Santiago y al que se suman voluntarios individuales y otros organismos afines. El colectivo está compuesto por varias organizaciones, entre otras: Bicipaseos Patrimoniales, Movimiento Furiosos Ciclistas, GreenPeace Chile, New Indie, Corporación Pedaleable, Velo Santiago (Critical Mass), Indepecleta, etc.
Nuestro objetivo es político: se trata de cambiar el modelo de desarrollo del espacio publico de las ciudades chilenas, enfocado al uso indiscriminado del automóvil particular y que coincide, asimismo, con el movimiento global que pretende generar un “Nuevo Paradigma de Movilidad”, donde tanto el peatón como el ciclista y el transporte público sean protagonistas. Una nueva forma de movilidad no solo urbana, sino también social. Chile un país clasista, urbanamente segregado y discriminatorio. El Nuevo Paradigma de Movilidad que defendemos pretende redistribuir y recuperar la equidad perdida en 40 años a causa un modelo liberal de desarrollo.
“No sólo buscamos una nueva forma de movilidad urbana, sino también social”
Vuestro lema es “Energía humana, poder ciudadano”… ¿Por qué?
Expresa una visión muy simple: creemos que en Chile el aumento del uso de la bicicleta y el cambio cultural incipiente que vamos observando en pro de una nueva movilidad tiene que ver principalmente por la decisión, por la actitud individual de cada uno de los ciclistas que pedalea en Chile con las mínimas condiciones básicas. Esta actitud de empoderamiento individual -y de desacato al modelo que se ha construido una vez que se organiza, que se comunica y que se une con otros ciudadanos-, esa ‘energía humana’ coordinada socialmente se transforma en Poder Ciudadano. El Poder Ciudadano es lo que sentimos cuando nos juntamos ocho mil ciclistas todos los primeros martes del mes, para protestar festivamente; es lo que sienten las autoridades cuando se encuentran con un bloque amplio, comunicado, informado, coordinado y empoderado.
“Poder Ciudadano es lo que sentimos cuando nos juntamos ocho mil ciclistas cada mes”
¿Cómo ha sido el proceso hasta conseguirlo? ¿Cómo os sentís?
Creo que para el ciclismo chileno -y me atrevería a decir que para todos aquellos preocupados por los temas de ciudad- el haber logrado traer el Foro Mundial a Santiago es una emoción, orgullo, alegría y preocupación enormes. Hay mucho entusiasmo y felicidad, no es exagerado decir que nuestra postulación efectivamente llevaba la esperanza de una ciudad y un país entero.
El proceso ha sido muy intenso. Las organizaciones de ciclismo urbano chileno tienen una historia de casi 20 años en los cuales se han acumulado alegrías y frustraciones. Pero, como organización ciudadana, hemos sabido generar procesos de acercamiento, de dialogo y de coordinación que, durante este año, intensificaremos sumando a esta Plataforma a todos quienes aquellos que quieran colaborar.
¿Cómo describirías la situación del ciclismo urbano en Santiago? ¿Y en el resto de países latinoamericanos?
La situación del ciclismo urbano en Santiago es muy auspiciosa. De alguna forma se huele que este año y el siguiente debería explotar la tendencia de crecimiento del ciclismo urbano y al mismo tiempo deberían explotar las contradicciones del sistema modelado para el automovil.
“Cuando la bici deje de ser una moda para convertirse en una herramienta social, habrá pelea”
Creo que la bicicleta dejará de ser una moda en Santiago en los próximos años para convertirse en una herramienta de cambio social y, entonces, habrá pelea… No creo que los políticos, empresarios, tecnócratas y académicos, que durante años han defendido el modelo automovilista, suelten su negocio o su nicho de poder. En Chile, junto al aumento de la participación modal de la bicicleta, comienzan a surgir las voces que quieren defender el modelo motorizado. Por eso tiene enorme relevancia el momento en el que llega el Foro Mundial a Santiago, tristemente conocida como el ‘Jaguar de Latinoamérica’: queremos desenmascarar este jaguar fundado en la injusticia del espacio público. Lamentablemente, América Latina sigue sumida en la petición de más infraestructura ciclista, algo importante, pero no creo en su cumplimiento ni en su factibilidad técnica. Esta segregación ha sido, hasta el momento, una utopía, una queja que no ha tenido respuesta. Se echa de menos la presencia del ciclista en el espacio público cotidiano: debemos empoderarnos y tomar las calles que nos pertenecen sin más espera.
¿Cómo sería la ciudad ideal? ¿Qué debería cambiar?
Esta pregunta me encanta, porque te hace reflexionar sobre el modelo urbano que se ha impuesto durante 40 años. Al preguntarse por la ciudad ideal, la mayoría de respuestas en un país de gente moderada como Chile tendrán que ver con mejoras del actual modelo, parches, arreglos, mitigaciones, etc. Pero la ciudad ideal que estamos pensando cambia radicalmente el modelo de ocupación de la infraestructura existente. Queremos una ciudad de bicicletas, queremos una ciudad Zona 30*;* una ciudad con el transporte público más humano del planeta… Una ciudad que sostenga la ecología del planeta y no que consuma el planeta para funcionar. Sólo así tendrá sentido y, sólo así, seremos más felices.