En este recinto tan preciado para los amantes del pedal quizo el destino que por parte de la Municipalidad se organicen infinidad de eventos que nada tienen que ver con la bicicleta y el ciclismo.
Tablados reiterados para murgas en Carnaval, conciertos variopintos (desde Joaquín Sabina hasta Jonas Brothers), pasando por festivales multitudinarios que poco honor y cuidado hacia el único templo de culto a la velocidad en ciclismo, dónde entrenan profesionales y amateurs por igual.
El colmo de éstas frivolidades para los amantes de las “chivas”, como se denominan desde antaño a las bicicletas en nuestro país, ocurrió hace poco y la herida aún está abierta para todos.
Joaquín Sabina o los Jonas Brothers encuentran aquí su espacio antes que los ciclistas
Fue la llegada del afamado circo Tihany y su instalación en plena pista, asegurando los múltiples parantes de la magna carpa “perforando” el pavimento de la pista,
La Masa Crítica crece en el mundo, las travesías en noches de luna llena se viralizan país por país, ciudad por ciudad… La bicicleta toma fuerza como instrumento de cambio, un cambio que la sociedad reclama, cada vez más en alta y clara voz.
El taladrar y perforar un templo del ciclismo para instalar un circo habla por sí solo de que cada vez más se ahonda la brecha entre distintas formas de ver el mundo.
Aunque, por mucho que lo intenten, cada vez más soñadores soñaremos más y mejor.