“Objetivo: reducir la testosterona”. En esos términos se ha expresado Andrew Gilligan, uno de los más importantes consejeros del alcalde de Londres, Boris Johnson, y el encargado de todo lo que tiene que ver con el ciclismo en las calles de la capital británica.
Según Gilligan, la proporción de hombres y mujeres que se desplazan en bicicleta por la ciudad está absolutamente descompensada. Y no sólo eso: ese desequilibrio es perjudicial para la movilidad, pues el ‘macho cycling’, como lo ha denominado, causa más accidentes.
Jóvenes, varones… e intrépidos
“Quiero una cultura ciclista continental, en la que se desplace en bicicleta gente de toda edad y condición”, ha explicado Gilligan. “En Londres el perfil del ciclista urbano es el de un hombre joven. Me imagino que son los que se sienten más capacitados para moverse en bicicleta por las calles, pero eso debe cambiar”, ha asegurado el consejero.
En ese sentido, Gilligan se muestra convencido de que la inversión en grandes infraestructuras ciclistas, como el proyecto de carril bici sobre el Támesis, incentivará a usar la bicicleta para otro tipo de ciudadanos. Y muy especialmente a las mujeres, que hoy por hoy parecen ser minoría en la capital británica.