El mar y los pedales. Son dos de los pilares de la vida de Sebastián Salvia, un marinero afincado en Barcelona que ha encontrado en las sillitas infantiles WeeRide la manera perfecta de combinar su afición al ciclismo con su vida familiar… Y ha querido contarlo en *Ciclosfera. *
“Dada mi profesión, trabajo mucho tiempo fuera de casa. Por eso cuando estoy en tierra busco la manera de aprovechar al máximo”, cuenta Sebastián a Ciclosfera. “Mi afición es el trail de montaña y la bici de montaña, pero el entrenamiento requiere mucho tiempo. Un tiempo que le debo quitar a mi familia y que no tengo, por lo que suelo entrenar de madrugada para luego poder dedicarles toda la atención que se merecen”.
Esa atención dio un giro radical cuando la esposa de Sebastián, Viki, le enseñó una de las sillas de la firma WeeRide. “Me encantó”, recuerda. “Ella me dijo que seria una buena manera de combinar mis entrenamientos y momentos inolvidables con mi peque. ¡Y así fue! Creo que nunca en mi vida hemos hecho una compra más acertada”.
Para Sebastián, “los momentos que vivimos con la sillita son inolvidables. No suelo hacer paseos cortos por la costa, sino mas bien verdaderas aventuras, montaña arriba, senderos, salidas de tres, cuatro y hasta cinco horas. La silla me permitió una conexión impresionante con Fafi, mi hija. Lo normal era ir charlando todo el camino, viendo sus reacciones, contestando sus preguntas, contándole y enseñándole el mundo que nos rodea, la naturaleza, a través de algo tan lindo como la bicicleta”. Además, añade, “la silla era muy buena para los momentos en que le entraba el sueño: dormía plácidamente”.
El tiempo pasó y Fafi creció, por lo que la silla dejó de ser útil para ambos. “No podíamos perder esa conexión, y la sola idea de no poder ir a la montaña con ella me ponía muy triste”. En ese momento se cruzó en su camino otro producto de WeeRide, la Copilot XT, que usan actualmente. “Aunque ella va detrás, no para de hablar… ¡y de alentarme en la cuestas!”.
A menudo en los paseos también participa la otra hija de Sebastián, Martina. “Nos acompaña siempre que puede. Ella va en su bici, pero me ayuda a monitorear a Fafi en la Copilot. Mucha gente me ha dicho que es peligroso porque va “suelta”. Pero así son las bicis… ¡Vas suelto! Nunca olvidaré la tarde que no sabíamos qué hacer y nos fuimos a hacer 42 km sin comerlo ni beberlo. Marti tenía sólo 10 años. Si eso no es pasión, ya me dirás que es”, ríe.
Sebastián tiene claro que recomendaría las sillitas de WeeRide. “La calidad de los productos es buena para el el propósito que están diseñados”. Eso sí: tiene una petición: “Personalmente me gustaría una versión de aluminio de la Copilot. Me ayudaría mucho en nuestro estilo de paseos”.
Puedes consultar todo el catálogo de WeeRide en este enlace.