"Somos holandeses, así que ya sabes… ¡lo hacemos todo en bicicleta!". Nada más ponernos en contacto con los responsables del estudio de arquitectura NL Architects, situado en Amsterdam, ya nos dejaron claras cuáles son sus prioridades. Por eso, cuando recibieron el encargo de la constructora Vanke para un velódromo muy especial situado en el parque de Sanya, en la ciudad china de Hainan, se entusiasmaron e involucraron con toda la pasión posible.
La quinta fachada
"El parque en cuestión está rodeado de edificios muy altos y, en medio de todos ellos, hay grandes patios y zonas verdes", explican los responsables de NL Architects. "Por eso, desde el primer momento tuvimos claro que queríamos crear una serie de pabellones interesantes de ver desde las alturas. Y al mismo tiempo, debíamos incorporar una serie de elementos que mejorasen la vida de los habitantes del barrio, como pequeñas tiendas, parques infantiles y servicios públicos".
Eso pretende ser Bicycle Club: una construcción útil pero, desde luego, también bella… desde el cielo. Así es: en NL Architects reconocen tener cierta "obsesión” con los tejados de los edificios, a lo que denominan 'la quinta fachada'. "Siempre nos esforzado para convertirlos en espacios utilizables", nos cuentan. "Por eso, cuando el cliente nos envió como referencia un pabellón en el que el techo sobresalía, se nos ocurrió la idea… ¿Y si creáramos un velódromo en el techo?".
Stand by
Dicho y hecho, aunque una cosa es pensar algo y otra muy diferente llevarlo al papel. En el caso de Bicycle Club, fue necesaria mucha pericia e, incluso, una buena dosis de genialidad. "Tuvimos que idear una geometría específica en la que las esquinas se curvasen, de manera similar a las de una pagoda. Es una duplicación poética", cuentan desde el estudio con orgullo.
Por el momento, sin embargo, el proyecto aún no se ha hecho realidad. "Lamentablemente", apuntan sus responsables con un pesar evidente. "En algún momento el proyecto se paralizó, y no hemos vuelto a tener noticias del cliente". Eso sí: de cara a que termine fructificando, sus autores cuentan a favor con la entusiasta respuesta recibida, tanto en publicaciones arquitectónicas de distintos puntos del planeta como por los propios habitantes de la zona. "Hay un interés enorme en el proyecto", aseguran, "así que estamos convencidos de que antes o después podremos retomarlo, y dentro de no demasiado tiempo podremos estar rodando por el tejado del Bicycle Club". ¡Que así sea!