El 6 de septiembre de 1891, París se despertó diferente. En el centro geográfico de la Belle Époque, se vivían tiempos muy interesantes a nivel cultural, por supuesto, pero también desde el punto de vista tecnológico: avanzaba la electrificación, se expandía el ferrocarril, y apenas un par de años atrás quedaba inaugurado uno de los mayores símbolos parisinos: La Torre Eiffel.
Pero ese día había algo más. Un evento que marcaría un antes y un después en el ciclismo. 206 ciclistas se habían reunido en los Campos Elíseos para enfrentarse a una prueba que desafiaría los límites humanos.
Concebida por Pierre Giffard, periodista, director del periódico Le Petit Journal y, ya te lo imaginas, apasionado por el ciclismo. Desde París hasta la bretaña francesa, la localidad de Brest, en la costa atlántica, y vuelta a la capital. Un recorrido de 1.200 kilómetros en una sola etapa, con la intención de superar la ya existente Burdeos-París, de 572 kilómetros. Más del doble. Una distancia nunca antes vista en el ciclismo competitivo. Insistamos en lo de “una sola etapa”. El ciclista que quisiera hacerse con la victoria, debería hipotecar su descanso, es decir, 1.200 kilómetros sin dormir. 75 horas pedaleando. Quizá más. En las páginas de Le Petit Journal Giffard se describió la carrera como "una prueba suprema de valor y resistencia, un desafío que solo los hombres más duros podrán superar". Nacía la París-Brest-París. Con los años conocida como la PBP.
"Una prueba suprema de valor y resistencia, un desafío que solo los hombres más duros podrán superar" (Pierre Giffard, Le Petit Journal)
Tras ser anunciada en el periódico, se apuntaron más de 400 participantes. Una buena cifra, pero la madrugada del 6 de septiembre de 1891, solamente 206 estaban sobre sus bicis en la línea de salida. La meta de París tan sólo vio cruzar a 99 de ellos en el tiempo establecido, marcado en diez días como máximo.
El primer ganador
71 horas y 22 minutos. Ese fue el tiempo que tardó en realizar la PBP el ciclista Charles Terront. Durante todo ese tiempo sólo durmió una hora. Fue celebrado por la prensa por todo lo alto. Le Petit Journal publicaba: "Terront no solo ha ganado una carrera, ha demostrado la capacidad de la bicicleta de ir más allá de los límites de la imaginación". Le Matin, otro importante diario de la época, describió la llegada de Terront como "un momento de gloria, donde el hombre y la máquina se fundieron en una sola entidad". Épocas en las que la prensa y la poesía iban un poco más de la mano.
“Ha demostrado la capacidad de la bicicleta de ir más allá de los límites de la imaginación” (‘Le Petit Journal’ en 1891)
Evolución
Fue todo un éxito. Se comentaba en los cafés y los diarios estuvieron semanas hablando de la gesta. Sin embargo, no se volvió a organizar hasta 1901, año en el que se decidió que la PBP tuviera una periodicidad de 10 años. Pero todo volvió a cambiar en 1931.
Ese año, el Audax Club Parisien, conocidos por organizar eventos ciclistas de larga distancia, se hizo cargo de la PBP y puso en marcha la París-Brest-París Randonneur, una versión cicloturista de la prueba, que se celebra cada cuatro años y admite a ciclistas amateur de todo el mundo. La condición es realizar el recorrido, fichando en los puntos de control, sin apoyo externo y con un tiempo máximo de 90 horas.
Huella de por vida
No es una carrera como las demás. Deja huella. Es algo en lo que todos los participantes coinciden. Hay un antes y un después de una PBP. Ya no es sólo la distancia, o el límite de las 90 horas, sino la falta de sueño. Lidiar con el cansancio y un clima impredecible al mismo tiempo no es para cualquiera.
“Estoy completamente exhausto y al borde de las lágrimas” describía en plena carrera el ciclista Faher Hilarius, uno de los participantes de las últimas ediciones. “Solo quiero rendirme. Y quiero llorar. Y soy un hombre de cincuenta años que se hizo esto a sí mismo”.
En la actualidad, la París-Brest-París sigue siendo la prueba reina para los randonneurs. Atrae a miles de ciclistas de todo el mundo. Muchos de ellos están entrenando durante cuatro años por y para la PBP. La edición de 2019, reunió a más de 6.000 ciclistas de 66 países. La cifra bajó considerablemente (3.000 inscritos) en 2023 debido, sobre todo, a restricciones de logística, seguridad de los participantes y algún que otro recuerdo a la pandemia que todos tenemos en nuestro recuerdo.
Le Monde publicaba, "la París-Brest-París no es solo una carrera, es un viaje al límite de la resistencia humana". La siguiente edición de la PBP está programada para celebrarse del 22 al 26 de agosto de 2027. Si crees que puedes, tienes tiempo para entrenar y apuntarte. ¿Podrás hacerla en 90 horas casi sin dormir?