El nombre casi lo dice todo: "La Pajarocleta": grupos de personas que se reúnen con sus bicicletas para el avistamiento de pájaros en Logroño y alrededores. Fue una de las iniciativas que surgieron tras un 30 Días en bici.
Pero lo cierto es que es mucho más. Nace con la colaboración entre diferentes entidades, apasionados y asociaciones, unas a favor de la bicicleta, otras relacionadas con el medioambiente. Por un lado la educación ambiental de Aventuras Barbudas, la educación vial de BiciMan y la promoción del podcast El Ninja Verde. Todos en colaboración con ADALAR (Asociación Profesional de Ambientólogos de La Rioja), 30 Días en Bici Logroño y la Plataforma de Movilidad de La Rioja (PMLR).
"La bici nos permite redescubrir vecinos que siempre han estado ahí" (Iñaqui Prieto, PMLR)
"Es promoción de la bicicleta a través del turismo sostenible de naturaleza" nos cuenta David Ijalba, de ADALAR. "Son rutas urbanas en bicicleta que, mediante la observación de aves, convierten en protagonistas a la movilidad sostenible y a los ecosistemas urbanos a través de la avifauna" explica. En otras palabras, "es la mejor manera de combinar movilidad activa, naturaleza, educación y concienciación ambiental, con un nuevo enfoque de turismo y ocio para la ciudad".
El representante de la PMLR, Iñaqui Prieto lo describe como “una manera divertida y distinta para explicar lo fácil que es moverse en bici por la ciudad que permite observar con sosiego la riqueza de flora y fauna que compartimos en entornos urbanos". Y no le falta razón, porque suelen pasar desapercibidos en nuestro día a día, llevados por las prisas se nos olvida mirar a nuestro alrededor. "Nos permite redescubrir vecinos que siempre han estado ahí" continúa Prieto. “Pero además explica indirectamente las bondades de ese medio de transporte (la bici) y su versatilidad, silencio y respeto”.
"El desplazamiento en bicicleta es más amigable para las aves, se asustan menos" recalca Ijalba. "Te puedes acercar más, no les molesta, no eres una amenaza ruidosa que se acerca hacia ellos. Además la velocidad de la bicicleta te permite avanzar observando el paisaje y las aves de tu entorno, no sólo para identificarlas, sino también para ver como se comportan, que hace, donde se posan, como se bañan. Y qué decir de avanzar en bicicleta en silencio e ir escuchando los cantos y reclamos de las distintas especies. Es la auténtica banda sonora de la naturaleza a golpe de pedal".
No hace falta gozar de una forma física extraordinaria para disfrutar de una de las salidas de La Pajarocleta, ni tener la mejor bicicleta del mundo. Las rutas están pensadas para que todos puedan realizarlas sin problema alguno. "Cuando vas en bici, sonríes. Cuando ves un pájaro, sonríes, ¿Y cuándo ves un pájaro mientras vas en bicicleta? Si aún no lo has experimentado, ya estás tardando en venirte a La Pajarocleta". concluye David.
"Avanzar en bicicleta en silencio e ir escuchando los cantos y reclamos de las distintas especies. Es la auténtica banda sonora de la naturaleza a golpe de pedal" (David Ijalba, ADALAR)
El funcionamiento es sencillo. Se proponen tres rutas por Logroño, adaptadas a cualquier edad y estado físico. Cada una se enfoca en un ecosistema urbano distinto, desde el casco antiguo hasta las riberas del Ebro y los parques periféricos.
El guía no puede ser otro que Alberto Parada, el experto en avistamiento (e imitación de sonidos de pájaros) que hay detrás del proyecto Aventuras Barbudas. Probablemente la forma más divertida de hacer estas rutas.
La primera ruta recorre puntos céntricos como el Paseo del Espolón y la Plaza San Bartolomé, ideales para avistar especies urbanas como el mirlo o el colirrojo tizón. En la segunda, a lo largo de las riberas, podrás toparte con la elegante garza real o, con suerte, ver al veloz martín pescador. La tercera ruta, que explora la frontera entre la ciudad y el campo, es una oportunidad para descubrir aves menos comunes, como el abejaruco europeo, un verdadero arcoíris con alas que ilumina el paisaje urbano.
La bicicleta, todos lo sabemos, siempre ha sido símbolo de movilidad limpia y sostenible. En La Pajarocleta se convierte también en un aliado que conecta con la fauna local y nos recuerda que las ciudades y la naturaleza pueden y deben convivir en armonía. De hecho, el logo de La Pajarocleta, una urraca, representa precisamente esa convivencia: al igual que las bicis, la urraca está siempre presente en nuestras calles, se ha adaptado perfectamente al entorno. El diseño, las camisetas, pegatinas, parches y, en general, la comunicación tiene la firma de Rubén Ijalba, de ADALAR.
Y un premio
Evidentemente, llegan los reconocimientos. La Pajarocleta recibió el pasado junio el Premio Logroño Verde 2024 en la categoría de educación y concienciación ambiental, por su valiosa contribución a la sostenibilidad y la educación ambiental en la ciudad.
Otorgado por el Ayuntamiento de Logroño, este premio resalta especialmente cómo este proyecto ha conseguido conectar a los ciudadanos, grandes y pequeños, con la naturaleza urbana, promoviendo la bicicleta como una forma de movilidad respetuosa y acercando la biodiversidad que nos rodea a todos nosotros. Enhorabuena.
En Ciclosfera lo vemos bastante claro. La Pajarocleta tiene muchas posibilidades de expansión fuera de Logroño. ¿Habrá pronto una Pajarocleta en cada localidad española? No lo sabemos. De lo que estamos seguros es de que estaremos aquí para contártelo.