Acabamos de descubrir el espectacular trabajo que está realizando Kara Ginther en Wisconsin desde hace unos 16 años. En cada trabajo suele tardar entre tres o cuatro semanas, y se organiza de la siguiente manera: le envías la idea de un diseño y el sillín, ella hace la magia.
Como todo arte, el precio varía, así que no hay un coste determinado: depende de la complejidad de lo que le pidas, pero eso sí, te aseguras de tener un sillín único y para toda la vida. Un sillín que cuando lo tengas que cambiar, probablemente acabe enmarcado en el salón de tu casa, como un buen cuadro.
Ella asegura que el proceso de tallado es "bastante sencillo". Graba el diseño con un pequeño punzón para ir marcando el cuero y después usa unas finas herramientas de tallado de madera para que quede marcado el color que hay bajo la primera capa de piel. Una vez realizado ese paso, aplica el tinte (hecho de pintura de latex que se adhiere bastante bien y es fácil de aplicar) y lo más fascinante es que, con el tiempo, no se pierde el color, sino que gana en originalidad. Evidentemente, los sillines se pueden usar con total normalidad y mejoran con la edad como los que no están tallados.
Te damos varias opciones. La primera es su perfil de Instagram. Allí se te van a empezar a poner los dientes largos.
Como te quedarás con ganas de más, esta es la web con todo su trabajo, que no sólo hace sillines. Y este es el formulario para hacer los pedidos. Nosotros ya nos hemos puesto a diseñar el nuestro propio.