Josef Ajram destaca entre el resto de asistentes a la presentación del seguro deportivo MoveOn Plus de Europ Assistance. No sólo por su altura, sino especialmente por sus omnipresentes tatuajes. Para quien no le conozca, resultaría complicado ubicarle como uno de los más conocidos traders de bolsa. Y sin embargo, lo es. También uno de los deportistas extremos más populares de España y uno de los más influyentes, en parte gracias a los 900.000 seguidores que acumula en redes sociales. Muchos de ellos se han dado cita en el espacio Cómo de la madrileña calle Pradillo, para hacerse una foto con el que consideran un ídolo. El paradigma del triunfador moderno y un modelo a seguir en todo lo que tiene que ver con motivación y superación personal.
Barcelonés, de 38 años y padre sirio, Josef Ajram se ha hecho popular al tiempo que se ganaba -y muy bien- la vida con la bolsa. Una pasión que empezó, según el mismo recuerda, desde muy joven. “A los 18 años me ofrecí voluntario para organizar el viaje de fin de curso. El dinero que saqué lo invertí en bolsa”, recuerda ante un auditorio que recibe la anécdota con alborozo. Ajram es un héroe para muchos, pero también villano para otros (“entre un 3 y un 5% de mis seguidores”, aclara). Estos últimos son sus ‘haters’: aquellos seguidores “ruidosos”, en sus propias palabras, que critican con dureza todo lo que hace. Con algunos ha llegado incluso hasta los juzgados, como el reciente caso del llamado #NocillaGate. Él asegura tomárselo de la mejor manera posible. Y sonríe.
Estás aquí prestando tu imagen a una conocida marca de seguros. ¿Por qué crees que los deportistas deberían tener un seguro?
Soy de los que siempre aseguran las cosas. Porque siempre me planteo qué es lo peor que podría pasar. Creo que, en general, el deportista tiene poca conciencia de la importancia de algunas cosas que habitualmente se consideran secundarias. La gente se gasta mucho dinero en una bici buena, en un estudio biomecánica, en equipación… pero no piensa que si se pone enferma es básico tener un seguro que te cubra.
En Ciclosfera no nos centramos tanto en la bici como deporte, sino como medio de transporte. ¿Te mueves en bici habitualmente? ¿Esa importancia de los seguros también la haces extensible al ciclismo urbano?
Me muevo en bicicleta por Barcelona desde hace más de 20 años, y es una jungla. El ciclismo urbano es un desfase. Por supuesto que los ciclistas urbanos deberían tener casco y seguro obligatorios. Que no esté ya instaurado es algo que me sorprende. Hay conflictos entre ciclistas y coches, entre ciclistas y peatones… Para que la gente vea al ciclista urbano como alguien de bien y no de mal, creo que debería haber unas pequeñas regulaciones también para ellos. Por nuestro propio bien como ciclistas.
“Para que la gente vea al ciclista como alguien de bien y no de mal, debería haber regulaciones”
Te has convertido en un referente en todo lo que tiene que ver con la motivación. Según tú, ¿cuál es la clave, en pocas palabras, para superarse a uno mismo?
Básicamente, ser constante y estar convencido de que puedes alcanzar tus metas, aparte de tener unas aptitudes que te permitan llevar a cabo ese proyecto. Eso vale para todo: en mi caso, para el deporte, pero también para la Bolsa, la otra actividad a la que me dedico.
La cultura del esfuerzo parece estar en auge. Por ejemplo, cada vez vemos más gente corriendo y, en general, haciendo deporte. ¿Crees que la gente como tú, que tiene una importante presencia mediática, ha jugado un papel esencial en todo este crecimiento?
Más que gente como yo, creo que lo importante es el poder de comunicarlo. Al mismo tiempo, resulta fundamental tener a tu disposición las redes sociales , que te permiten tener un alcance muy importante.
Sin embargo, en tu caso esas mismas redes sociales son un arma de doble filo. Tienes muchos seguidores, pero también no pocos detractores. ¿Cómo llevas las críticas?
Bueno… Has de entender cuáles son las reglas del juego. Saber que caerás bien a una mayoría y mal a una minoría, que es precisamente la más ruidosa. Si eres consciente de eso y lo toleras, perfecto. Si no, es mejor que lo dejes.
“Es un mundo delicado, este. Al final, yo me procuro centrarme un poco en lo mío”
Dices que desde muy pequeño tenías claro que querías ganar dinero. ¿Qué otras cosas te preocupan? ¿La política, la situación social?
Muchas cosas. Al final el mundo está muy complicado. Me preocupa la situación social y cómo afectará la crisis a la situación de la gente, si ésta va poder recuperar no sólo su puesto de trabajo, sino también su confianza en sí mismos y en el sistema. Como hijo de padre sirio, es algo que me toca especialmente: desde hace cinco años estamos en guerra. Es un mundo delicado, este. Al final, yo me procuro centrarme un poco en lo mío y tratar de evadirme para que no te contamine tanta negatividad.
¿Qué te emociona?
Me emociona la solidaridad de la gente. Aún hay gente muy buena, que está por la labor de crear causas. Por ejemplo, me emocionó mucho el proyecto Ari, por el que una chica trató de recaudar dinero para luchar contra la leucemia. Desgraciadamente falleció, pero nuestra empresa sigue destinando a ese proyecto el 5% de nuestros beneficios.
¿Es posible ganar mucho dinero y mantener unos principios éticos?
Más que posible, es necesario. Porque al final has de ser consciente de en qué realidad podrías vivir y en cuál estás viviendo.
¿Cuáles son tus puntos débiles?
Muchísimos. Sobre todo, que lo que no me apetece me desmotiva especialmente y me da mucha pereza. Sólo sé hacer bien unas pocas cosas: a las que me sacas de ahí, me siento muy inseguro.
¿Cuál es el último libro que te ha tocado la fibra?
Realmente… creo que ninguno. Estoy leyendo la biografía de Paramés, que es un gestor de fondos cuya historia me resulta muy interesante. Pero emocionarme en cuanto a una lectura, creo que nada.
Eres un hombre de retos. ¿Cuál es el próximo?
A nivel deportivo, correr la maratón de Nueva York, la semana que viene. Va a ser duro, pero muy bonito al mismo tiempo.