¿Qué encontrará la persona que compre tu libro?
Sin Cadenas es una guía exprés para aprender a montar en bici y ser más libre. La persona lectora encontrará un libro hecho con mucho cariño y que te motiva a pedalear por tu ciudad con cada una de las historias y testimonios de mujeres que cuenta. Está dedicado más a mujeres, ya que una de cada 10 personas en España no sabe montar en bici, y de estas personas el 85% son mujeres, así que a ellas va dedicado el libro. Ellas encontrarán una guía con consejos básicos para hacer su “curso personal exprés” y aprender por su cuenta. El método que utilizo en mis clases de montar en bici, un plan de acción para que lo pongas en práctica, testimonios motivadores, y reflexiones en torno a la ciudad, y a cómo la vivimos los hombres y las mujeres. Creo que es un libro muy completo puede ayudar a quien quiera aprender a montar en bici en su edad adulta, y también a quien quiera apoyar y enseñar a montar a alguien. Considero que el libro es una herramienta práctica para mejorar la movilidad en nuestras ciudades, ya que logrando que haya más bicicletas en la calle, y más mujeres en sus bicis se logra una ciudad más humana, más igualitaria y una reducción de la brecha de género.
“Una de cada 10 personas en España no sabe montar en bici, y de estas personas el 85% son mujeres”
¿Por qué apostaste por el crowdfunding? ¿Cómo respondió la gente?
Desde Santa Cleta, que es una cooperativa sin ánimo de lucro, ya hemos aprendido que “cooperar” es la única forma de trabajar. No vivimos en competencia, sino en compañía, así que nuestros proyectos son para y con las personas. Por eso apostamos por la financiación colectiva, ¡porque promover la movilidad sostenible en nuestras ciudades es cosa de todas! Ha sido una forma de ver que respuesta tenía de la gente y para implicar a cuantas más personas mejor. Creíamos que la clave del éxito era que* Sin Cadenas* llegara a los entornos de personas que no saben montar en bici, y para ello había que moverse mucho e implicar a cuantas más personas mejor. Además, es un placer ver que este libro se ha editado, creado y publicado gracias a centenares de personas que de forma altruista han puesto su buena voluntad y han comprado un ejemplar sin verlo antes, y de esta forma han hecho realidad que el libro saliera a la luz. La respuesta fue sorprendente, en poco más de un mes recaudamos a través de la plataforma de Goteo más de 6.000 euros. En conclusión, creemos que no hay forma mejor de hacer las cosas que de forma colectiva. Una muestra más de que “solas nos quieren y juntas nos tendrán”.
Parte de este libro habla de las mujeres que nunca tuvieron oportunidad de aprender a montar en bici. ¿Qué sienten al aprender?
Acompañar a una persona que aprende a montar en bici en su edad adulta es un aprendizaje en sí mismo. Ves como la persona viene con un cuadro de inseguridad muy afianzado en sus experiencias anteriores, y dice cosas como: “¿seguro que crees que puedo aprender? ¿no soy muy mayor?” a las pocas horas ella está pedaleando, sin esfuerzo y se ve como ese muro mental, limitante de “yo no sé hacer esto” se cae, para empoderarse, sonreír, reírse y decir… ¿cómo lo había intentado antes? ¡Me encanta!. Aunque las frases que más se escuchan en mis clases son sobre los sentimientos de libertad y felicidad que las alumnas tienen tras aprender a montar en bici. Frases como “pedalear me parece increíble”, “me siento libre”, o “si ya monto en bici puedo hacer todo lo que quiera”.
“Acompañar a una persona que aprende a montar en bici en su edad adulta es un aprendizaje en sí mismo”
Cuéntanos: ¿Cómo va tu tienda, Santa Cleta?
(Risas). Esta pregunta no me la esperaba. Pues motivadas y sobre ruedas, porque las personas que trabajamos en ella no hemos dejado de luchar en seis años. Hemos vivido un tiempo de emprendimiento y mucha precariedad. Hemos tenido muchos meses duros, por no decir que los primeros cinco años de un proyecto son incertidumbre pura cada mes. No sé ni cómo hemos sobrevivido, porque tenemos una fuerte carga social y activista de la bicicleta no está pagada y nos lleva muchas horas. Hay que creer mucho en lo que haces y persistir sin descanso. Además, nosotras no tenemos ninguna ayuda pública. Tenemos muchos proyectos por y para la sociedad que financiamos a través de nuestro trabajo propio, sale de nosotras. Queremos mejorar la ciudad en la que vivimos, y nos parece una pena que no tengamos las puertas abiertas de las instituciones, como es el caso de otras cooperativas similares de economía social en Barcelona y Zaragoza. Sin embargo, todo tiene su parte positiva, somos un grupo de personas resilientes, somos independientes y honestas, vivimos con poco. Este año se ha incorporado una nueva socia, Rocío, así que la familia se va haciendo poco a poco más grande.