Dicen que la cara es el espejo del alma. Y a juzgar por ello, el rostro de quienes tienen ante sí una IBBike habla por sí solo. Ocurrió en la pasada edición del FestiBal con B de Bici, en Madrid, donde causaron fascinación como pocas. Ubicadas a la entrada del mercadillo, fueron decenas los aficionados a las bicicletas que se acercaron para verlas, tocarlas y fotografiarse con ellas.
Y es que las IBBikes no dejan a nadie indiferente. Hablamos de bicicletas de pedaleo asistido inspiradas en motocicletas clásicas, fabricadas en España de manera completamente artesanal. Personalizables hasta el último detalle. Y dueñas de un estilo y una personalidad comparables a muy pocas bicicletas del mercado.
De la moto a la bici
“IBBikes nace hace ahora dos años y medio”, cuenta a Ciclosfera Carlos del Teso, fundador del proyecto. “Tras diez años refugiándome de la crisis en una multinacional del modelismo, decidí volver a las motocicletas clásicas y de carreras. Me instalé en una nave al lado de casa, en Chiloeches (Guadalajara). y me puse manos a la obra”.
Todo cambió cuando, un buen día, en el camino de Carlos se cruzó una moto muy especial- “Era una Guzzi de los años 50, cuya forma es parecida a la de una bicicleta”, recuerda. “Decidí transformarla en una bicicleta eléctrica y el resultado me gustó tanto que me lancé a fabricar los primeros modelos de IBBikes”.
Hoy, el catálogo de IBBikes incluye cuatro rompedores modelos presentados recientemente: Neoclassic, Classic GP, Flying Cruiser y e-Guzzino. Todas ellas, completamente personalizables y construidas con un mimo poco común en el mercado actual, en el que prima la fabricación en serie proveniente de países lejanos. Porque si algo define a IBBikes es el espíritu artesanal y el cuidado del detalle, completamente a gusto del cliente.
“Creo que la gente cada vez valora más el cariño y el trabajo que hay detrás de productos artesanos como este. Al fin y al cabo, se trata de bicicletas que no encontrarás en ninguna tienda. No son en absoluto convencionales ni se parecen a nada que haya actualmente en el mercado. Y pese a todo, considero que no son caras, pues al trabajar yo solo y vender directamente a público, me puedo permitir ofrecer un precio competitivo”, apunta Carlos.
Ese componente tan poco convencional puede ser, a veces, un arma de doble filo. “Hay quien las mira con cierto recelo”, reconoce Carlos. “Especialmente algunos puristas de la bicicleta, que consideran que su forma recuerda demasiado a la de una motocicleta”. Y sin embargo, y a juzgar por el interés y la curiosidad que despiertan, hablamos de una minoría.
“La bicicleta ha de ser un medio de transporte principal, no alternativo”
Lo cierto es que, pese a que cada vez son más las ebikes que ruedan por nuestras calles con formas y prestaciones de lo más dispar, algo está cambiando. El responsable de IBBikes está convencido de que vivimos en una época de transición. “Creo que, en materia de bicicletas eléctricas, en muchas ciudades españolas aún no estamos a la altura de otras urbes europeas o incluso de la de ciudades del norte de España como San Sebastián, Bilbao o Santander”.
Para Carlos, es necesario un cambio de mentalidad que pasa por entender que “la bicicleta no es sólo un deporte, sino también un vehículo de transporte. Y uno que ha de ser principal, no alternativo”. Es por ello que, de cara al futuro, cada vez veremos un número mayor de máquinas tan imponentes, únicas y exclusivas como las IBBikes. Obras de arte en estado puro.