Era 1963 y, entre los late night shows que emitía la televisión estadounidense por aquel entonces, el Steve Allen Show era, sin dudas, el más disparatado. A las cualidades histriónicas de su conductor, un showman que combinaba un carisma ilimitado con dotes actorales y musicales, había que sumarle cámaras ocultas y todo tipo de sorpresas como carreras de elefantes y un incesante desfile de rarezas y personajes exóticos.
Por eso casi nadie se sorprendió cuando, la noche del miércoles 27 de marzo y tras una actuación del cantante de jazz Mel Tormé, el escenario se preparó para albergar un concierto para dos bicicletas, una cinta pregrabada y un ensamble instrumental. El intérprete de tan insólita pieza era un joven de 23 años, autor de la música de una película (The World’s Greatest Sinner, dirigida por Timothy Carey) y llamado Frank Vincent Zappa.
Pasadas casi seis décadas, revivir este acontecimiento nos sigue generando una sorpresa similar a la que debieron haber vivido los telespectadores de entonces. Un Zappa muy juvenil, sin el bigote y la barba que se transformarían después en su marca registrada, muestra una enorme seguridad en sí mismo. Maneja un humor oral ("Hace dos semanas que toco bicicletas", explica en el inicio del concierto), y exhibe el respeto y la seriedad que merecen una obra vanguardista. Por el contrario, el presentador Steve Allen intenta burlarse de él, pero tras la fascinante performance (que incluye arcos de contrabajo haciendo chirriar los radios de las ruedas, un palillo de batería como elemento de percusión y distintos sonidos cacofónicos) termina aceptando su derrota. "Quiero decirle que estoy siempre a favor de agrandar los horizontes y le felicito por su visión de futuro", le dice Allen a Zappa, "pero en cuanto a su música… ¡No vuelva a tocarla aquí nunca más! ¡No, es broma, ha sido un experimento divertido, entretenido y estimulante!"
"Su primera intervención televisiva ha sido un éxito. Y, en el futuro, Zappa brillará como guitarrista e icono de la música clásica contemporánea"
Su primera intervención televisiva ha sido un éxito. Y, en el futuro, Zappa brillará como guitarrista y líder de The Mothers of Invention, coqueteará con el jazz y la música clásica contemporánea y escribirá algunas de las letras más satíricas y lúcidas de la música popular del siglo XX. También se convertirá en un paladín de la libertad de expresión, con inolvidables discursos contra la censura en su país y hasta pensándose seriamente el ser candidato a presidir Estados Unidos. En 1993, a los 52 años, Zappa muere de cáncer: "Escribir sobre música es como bailar sobre arquitectura", ironizaba frente a los intentos de la crítica especializada de categorizar la carrera de un tipo capaz de, en su debut frente al gran público, hacer música acompañado por dos bicicletas.