Cultura ciclista

“No compito por subir al podio, sino por mí mismo” (Francisco Antonio Morón)

Entrevistamos a Francisco Antonio Morón, ciclista de Puente Genil (Córdoba) y doble campeón de Europa de BTT ultramaratón. Un apasionado de la bici que, además, está a punto de abrir una escuela de ciclismo para niños.

Cuéntanos cosas sobre ti. Para quien no te conozca, ¿quién eres y a qué te dedicas?

Soy ciclista. Compito en bicicleta de montaña  soy dos dos veces campeón de Europa de ultramaratón. Este año he sido 4º de España. Además trabajo en una empresa de rodillos para cinta transportadora.

Pregunta difícil. O quizá todo lo contrario: ¿Por qué montas en bici?

Porque amo este deporte desde que era muy pequeño. ¡Llevo compitiendo desde los 14 años! Y montando en bici… casi desde que tengo uso de razón.

¿Cómo recuerdas tus primeras pedaladas?

Es curioso, porque nadie a mi alrededor montaba en bici ni hacia deporte. La calle y mis amigos me llevaron a este mundillo. No tuve mi primera bicicleta propia hasta los 12 años: antes las heredaba de primos. Y desde aquel momento… ya no me bajé de ella.

Y de ahí, al mundo de la competición.

Eso es. Por aquel momento me llamaban Induráin por la calle. Y loco. Desde entonces han cambiado muchas cosas, pero muchos me lo siguen llamando (risas). Porque además de competir me meto en distintas aventuras, como montar una escuela de ciclismo para niños cuyos preparativos estamos ultimando. Está previsto que empiece a funcionar de manera oficial en enero.

¿Cómo surgió la idea de poner en marcha la escuela?

Empecé a quedar con el niño de un amigo, luego se sumó otro más… Y así hasta los veintitantos que tengo ahora (risas).

“Cuando mi hijo está subiéndose por las paredes en casa mi mujer me pide que me lo lleve en la bici”

Tú también tienes un hijo. ¿También te lo llevas a rodar?

Sí, pero aún es un poco pequeño para hacerlo por su cuenta: ¡sólo tiene 9 meses! Eso sí: ya monta en bici habitualmente: me lo llevo en una sillita de WeeRide, el modelo Safe Front Deluxe Denim, y le encanta. Se supone que es para niños a partir de un año, pero le llevo desde que tiene seis meses. Se entretiene muchísimo y se relaja más que de ninguna otra manera. A menudo se queda dormido durante rutas de más de una hora. Cuando está subiéndose por las paredes en casa mi mujer me pide que me lo lleve en la bici. Al menos otros tres padres se han comprado el mismo modelo de sillita desde que vieron la mía.

¿Qué bici tienes?

Me patrocina la marca alemana Silverback, que cada año me da su nueva modelo, tanto de carretera como de montaña.

¿Cuál de ambas disciplinas prefieres?

Me quedo con el ciclismo de montaña. Aun así, a menudo entreno en carretera, incluso con la propia bici de MTB. Es algo que los entrenadores hace mucho últimamente. Pero debo decir que le he cogido un poco de miedo. No tanto por los coches, sino porque creo que es más fácil caerme.

¿Has tenido alguna lesión?

Afortunadamente nada grave. Sólo alguna caída. Una sí fue importante, e incluso partí el casco en dos, pero nada que me haya obligado a apartarme temporalmente de la bici.

Cuando sales con tu hijo no compites. ¿A veces prefieres rodar por puro placer?

La verdad es que lo mío es la competición. Incluso cuando salgo a rodar sólo o con algún amigo ya me pico. ¡No puedo evitarlo! No se trata de querer estar en lo más alto del podio, sino de una cuestión personal conmigo mismo.

Además de ser deportista, ¿sueles utilizar la bici como medio de transporte habitual?

¡Todos los días! Voy siempre a trabajar en bicicleta. Y la verdad es que cada vez es más fácil: tengo un carril bici en la puerta de mi casa que llega prácticamente hasta el trabajo, exceptuando los últimos 500 metros del polígono industrial. Los sábados, cuando salgo con los niños, me muevo por el centro y debo decir que cada vez hay más respeto por parte de los conductores.