Buena parte de la filosofía del ciclismo urbano como revolución en materia de movilidad reside en las ganas de reinventar la ciudad. De revitalizarla, coger lo viejo y darle una pátina de frescura para hacer de ella un lugar mejor. Más habitable, más amable y, por qué no, también más divertido.
Eso fue lo que hicieron hace algo más de 15 años tres personas, Emma, David y Miguel, cuando dieron forma a una tienda en torno a un local que llevaba años abandonado en pleno centro del Eixample de Barcelona. Concretamente, en el número 63 de la calle Bruc, donde nació Espaibici.
“Dicen que cada proyecto se forma a partir de una visión”, cuenta Miguel. Yo añadiría que también de necesidades personales. Emma, David y yo, con procedencias, experiencias e inquietudes diferentes, tuvimos la misma visión y necesidad. Pensamos que la bicicleta era y es el vehículo ideal para cambiar y hacer mejor nuestro mundo, el de todos. Al poco tiempo Emma nos abandonó en busca de otros caminos. A David y a mí nos podéis ver cada día en Espaibici, un proyecto que se ha convertido en una pasión”.
El espíritu con el que nació Espaibici sigue presente a día de hoy. También el objetivo: “Queremos ser auténticos y honestos, y que Espaibici sea la imagen de cómo tratamos a las personas y a las bicicletas. La calidad, entendida como necesidad y no como lujo, es nuestro objetivo. Seleccionamos el producto no por lo que nos aporta económicamente a nosotros, sino por lo que le aporta al cliente”.
Esa manera de trabajar se plasma en el día a día. “Nunca venderemos un candado que no te proteja del robo, una cámara que pierda aire después de semanas de uso, una bicicleta que no te transporte con seguridad y facilidad o una alforja o portaequipajes que te deje tirado en medio de una ruta. Es muy fácil vender barato, de la misma manera que es fácil engañar; lo difícil es aconsejar e insistir que alguien está equivocado. El cliente no siempre tiene la razón, pero a su vez es soberano. No es que nos guste el camino difícil, es que nos gusta ser sinceros y transmitir nuestro conocimiento. Para vender en un lineal ya están otros”.
Las bicicletas de Espaibici tienen, como sus dueños, una filosofía detrás. “Nos dedicamos a la bicicleta como vehículo para ir al trabajo, viajar, transportar niños o mercancía… en definitiva, la bicicleta como utilitario. Eso nos aleja de las modas y de los últimos modelos. No sólo de las bicicletas deportivas, también de la cargo de moda o de las bicicletas no funcionales que están de moda para quien sigue las tendencias”.
La revolución plegable
Si una marca ha sido estandarte de Espaibici durante años, es la británica Brompton. “Nos consideramos parte del éxito de la bicicleta plegable en Barcelona, y en concreto de la Brompton. Aunque la realidad es que también se ha convertido en un producto de consumo. Hay quien viene y nos dice “quiero esa, de ese color, y me la llevo ya”. “¿Tres o seis marchas?” “Es igual, ¿cuál tienes?”. A veces los medios económicos parecen estar por encima del conocimiento, del asesoramiento. Igual por ello nos deja de interesar. Actualmente, y a pesar de que seguimos aportando mucho al ciclismo urbano, el cicloturismo es la línea de producto donde nos sentimos más comprendidos”.
A la hora de hablar de la situación del ciclismo urbano en Barcelona, Miguel es crítico. “Barcelona ha pasado de ser un referente en el mundo a que muchas otras ciudades nos adelanten. Cuando empezamos hace 15 años imaginábamos nuestra ciudad llena de bicicletas, transporte público y peatones, y se puede decir que seguimos igual, con índices muy bajos de utilización de la bicicleta, sin apuestas fuertes que realizan grandes ciudades como París o Londres. Girona busca ser la capital del cicloturismo en Europa, y Barcelona no mueve un dedo en esa dirección”, lamenta.
De cara al futuro, eso sí, desde Espaibici se muestran convencidos de que la bicicleta está llamada a jugar un papel absolutamente esencial. Sobre todo, porque no quedará otra opción. “La época de facilitar la utilización del coche se ha acabado. No porque lo quieran los ciclistas, sino porque lo necesitan las ciudades y el mundo, las personas”.
Miguel es consciente de que cada paso que se da en favor de la movilidad ciclista genera opiniones encontradas entre los que quieren seguir manteniendo un modelo con el coche como eje central. Pero en su opinión, “hay que dejar de tener miedo a las protestas, a lo que tenemos que tener miedo es al ruido, la contaminación, a perder nuestra salud, a que la vida en la ciudad sea crispada, a seguir gastando mucho dinero para mantener una forma de vida que está demostrado que nos perjudica”.
Espaibici es uno de los distribuidores oficiales de Ciclosfera. “Creemos en apoyar los proyectos ajenos”, apuntan. “Todo lo que habla de bicicletas nos interesa. Y si nos gusta, como es el caso de Ciclosfera, todavía más”.
Carrer del Bruc, 63
08009 Barcelona
Teléfono: 935 32 31 43
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