La bicicleta puede ser motivo de disputa doméstica. Al menos, así lo certifican noticias como la publicada por el portal andaluz deportedelsur.com.
Según la historia que cuenta la citada web, la pareja tenía alrededor de 40 años y una hija en común. Llevaban casi dos décadas de relación entre novios y casados. Los dos tienen trabajo, ella es aficionada a la lectura y al cine y él practicante de triatlón desde hace unos ocho años.
Todo sucedió cuando el hombre, hace aproximadamente un año, entró en casa con una nueva bicicleta para hacer triatlón de larga distancia de aproximadamente 11.000 euros . Todo ello, “sin haberle consultado a su esposa”, explica la información.
“Aunque viva sola con la niña y sin su ayuda me va a salir más barato: es un irresponsable”
“Cuando vi la bicicleta le pedí explicaciones porque no me había dicho nada”, ha declarado la mujer. “Él intentó restarle importancia, pero cuando entré en la cuenta bancaria y vi lo que se había gastado…” Según la mujer, esa misma tarde tenían que ir a comprar el material escolar de la niña, lo que no hizo sino agravar la discusión. “Al día siguiente me busqué un abogado para pedir el divorcio. Aunque viva sola con la niña y sin su ayuda me va a salir más barato: es un irresponsable”, explicó la mujer.
Una compra indispensable
La misma web, según se explica en la noticia, trató de hablar con el marido, quien no quiso dar explicaciones en público. “Con él apenas pudimos estar un minuto al teléfono porque no quería hablar del asunto, pero defendió que esa bicicleta era indispensable en su evolución como triatleta. El hombre argumenta que necesitaba una bicicleta ‘tope de gama’.
Los cálculos realizados por la mujer cifran en unos 20.000 euros anuales el dinero total que su marido -pronto, exmarido- gasta en triatlón entre bicicletas, equipación, entrenador, club y viajes. “Es un gasto que una economía familiar como la nuestra no puede asumir”, ha explicado.