Las virtudes de la bicicleta son muchas, pero hay que saber comunicarlas. Porque es frecuente que este vehículo aparezca en los medios de comunicación asociado a conceptos negativos como la inseguridad, la irresponsabilidad o, simplemente, como una máquina ineficaz para las exigencias urbanas cotidianas.
Pero sabemos que no es así. Por eso en Ciclosferia, la primera feria online de ciclismo urbano, quisimos reunir a prestigiosos periodistas y comunicadores especializados en movilidad urbana y convencidos de sus virtudes. Ellos nos contaron qué valores transmitir, qué herramientas utilizar y cómo difundir el mensaje ciclista a través de las nuevas tecnologías. Una charla en la que participaron Pedro Bravo (eldiario.es), Clara Blanchar y Pablo León (ambos de El País).
Nuevos tiempos
“Las cosas han cambiado. Las crisis y los momentos complicados son un buen momento para repensar lo que estamos haciendo con el espacio público y si lo estamos haciendo bien”, apuntó Pablo León a modo introductorio. Pero el cambio ya venía de hace tiempo. “Tú antes llegabas a un sitio en bici y eras deportista”, recordó Clara Blanchar. “Y yo siempre decía: ‘yo no tengo chándal, pesados: voy vestida normal’. Yo siempre digo que pedaleo porque me produce placer. Porque ventilo la neurona. Todo lo demás es un añadido. Se ha producido un gran cambio en el sentido de que la movilidad ha pasado de ser una cosa minoritaria a ponerse en la agenda y ser algo importante”.
“En general, en El Diario se nota que es hay una redacción joven, que tiene integrado el tema de la movilidad en su ADN”, contó Pedro Bravo. “En ese sentido es muy sencillo hablar de la bici, que también es un tema político relevante. Luego podemos entrar en las contradicciones que puede haber entre salud y economía, en la que caen todos los medios de comunicación que necesitan vivir de los anunciantes”.
“El debate sobre si abrir o no determinadas ciudades, priorizando la economía por encima de la salud, es lo que ha habido en España en materia de movilidad: se ha antepuesto una manera de moverse y funcionar que es ineficiente y peligrosa para la salud, consistente en ceder tanto espacio a los vehículos a motor y vivir con esos niveles de contaminación”, reflexionó Pablo León. “Por su propio peso, la bicicleta es transversal porque obliga a un cambio de modelo económico, social y de prioridades. Ese es también su gran potencial: acabar con un modelo centrado en el coche, que ocupa en torno a un 70% del espacio público de la mayoría de las ciudades en las que vivimos”.
La vida en la redacción
¿Cómo es el día a día en un gran periódico? ¿Qué importancia tienen los temas relacionados con la movilidad en las reuniones de redacción? “En* El País* somos muchas las personas que nos encargamos de temas relacionados con la movilidad”, desveló Pablo León. “Hay temas de movilidad que tocan sociedad, local, nacional, salud, etc. Hay distintas aproximaciones”. Eso también se ha notado en el número, cada vez mayor, de trabajadores que se desplazan al diario en bicicleta. “Ahora hay muchísima más gente en bici que hace años”.
“No creo que todo el mundo o todos los periodistas que escriben sobre movilidad ciclista tengan que ser necesariamente ciclistas. Lo que sí pienso es que que todos debemos estar cerca de la realidad. Y una forma de hacerlo es caminar, ir en bici o en transporte público. Sería bastante conveniente que fuera así, principalmente entre los cargos directivos. Porque para estar en contacto con la realidad hay que bajarse del coche, que te aísla de los problemas y de los demás”, opinó Pedro Bravo.
“Yendo en bici descubres un montón de temas”, contó Clara Blanchar. “Es una buena manera de encontrar buenas historias, y si tú le llevas una buena historia a los jefes te la compran. Si un alcalde quiere poner en marcha una red ciclista, es noticia. Si al cabo de dos años no ha cumplido su palabra y no ha hecho nada, también es noticia”. Estando en periódicos grandes, “es importante no hablar sólo para la militancia”, apuntó Clara, “y tratar de hacer pedagogía. Al final nosotros somos intermediarios”.
“Más que tener un jefe activista de la bicicleta, creo que lo importante es que no sea un cochista anclado en un modelo de movilidad de hace 10 o 20 años”, reflexionó Pablo León. No es una situación en la que él se haya visto. “Nadie me ha tirado un tema por entrar en conflicto con intereses publicitarios del periódico, por ejemplo”, explicó León.
“Más que tener un jefe activista de la bicicleta, creo que lo importante es que no sea un cochista anclado en un modelo de movilidad de hace 10 o 20 años”, reflexionó Pablo León.
“Hubo un tiempo en que cubría información sobre la industria del motor”, recordó Clara. “En un reportaje sobre el salón del automóvil de Frankfurt incluí un despiece que decía ‘En el salón del coche, la bici es la reina’, porque había un montón de coches con portabicis, bicis pequeñas, cacharritos para la bici… Me llamó mucho la atención que en cada stand hubiera algo vinculado a la bicicleta”.
“Si vamos un poco hacia atrás, conviene recordar que muchas empresas que hacen coches antes hacían bicis, como Peugeot”, recordó Pablo León. “Y muchas siguen compatibilizando ambas cosas. Al final, no creo que haya ninguna guerra entre coches y bicicletas. Yo simplemente soy un ciudadano que se mueve a pedales, pero que también tiene coche, que usa transporte público…”
El cambio por venir
“Veo muy claramente lo que se debe hacer y que, sospecho, no se va a hacer”, se sinceró Pedro Bravo. “Siempre tiendo al pesimismo. También a la contradicción. Porque aunque es cierto que no hay una guerra entre coches y bicicletas, el volumen de noticias relacionadas con el lobby automovilístico es mucho mayor que el que tiene que ver con ciudades más humanas. Cuando alguna vez me han hecho una entrevista en la radio he comentado que tras ella irían un montón de anuncios de coches para aplastar todo ese discurso, porque es así como funciona el dinero”.
“Aunque es cierto que no hay una guerra entre coches y bicicletas, el volumen de noticias relacionadas con el lobby automovilístico es mucho mayor que el que tiene que ver con ciudades más humanas.” dice Pedro Bravo.
“Lo que está ocurriendo ahora se corresponde a la perfección con lo que explica Naomi Klein en La Doctrina del Shock: tras una gran crisis, los que tienen el dinero y el poder ya están lanzando determinados mensajes. Dentro de este capitalismo voraz en el que estamos inmersos, el automóvil y los lobbys urbanísticos están con los dientes afilados. ¿Qué podemos hacer desde la comunicación contra eso? Como periodistas, poca cosa más que informar. Pero, ¿de qué manera se pueden articular estrategias de comunicación contra agentes que tienen un montón de dinero para invertir en comunicación de todo tipo? No es sólo publicidad, también editorial, branded content etc. Es verdaderamente complicado”.
¿Qué parte de responsabilidad tienen los medios de comunicación en cómo se nos ve a los ciclistas? Según una encuesta que lanzamos durante la charla, el 20% opinó que los medios transiten una buena imagen de la bicicleta. Un 58% aseguró que “directamente pasan de la bicicleta”. Y un 26% se decantó por la opción “La critican, la atacan… mejor los coches.
Comunicar a bici
La encuesta llevó la charla al siguiente gran bloque: ¿Cómo comunicar la bici? “Creo que lo mejor para hacerlo es tener un mensaje antinada”, empezó Clara Blanchar. “No es necesario atacar a nadie para defender la bici. Creo que la gracia está en contarlo con todas las aristas que tiene que son inacabables. Porque no hay que olvidar que ciertas teorías de algunos urbanistas están bien como objetivo, pero muchas veces no se llegan a poner en marcha porque falta valentía política”.
“Al final nosotros escribimos sobre movilidad o sobre bicicletas pero procuramos no hacer proselitismo sino que caiga por su propio peso. Comunicar y visibilizar la bici ha sido clave. Si nos remontamos diez años atrás vemos que la comunidad de pedaleantes lo ha colocado en la agenda. Pero sobre todo, creo que la clave es lo que ha comentado Clara: la valentía política. Porque la ciudad de los coches es un tema político. Porque se ha decidido, se ha privado, se beneficia y se subvenciona el automóvil y no se promociona la bici en igualdad de condiciones. Y ahí es donde el periodismo debe presionar más de cara a que tomen buenas decisiones para su ciudad. Y la bicicleta es buena para la ciudad”.
“No es necesario atacar a nadie para defender la bici” (Clara Blanchar)
“Es un problema muy completo a nivel colectivo, social y político, pero también a nivel individual”, intervino Pedro Bravo. “Y creo que a la hora de comunicar, ya no sólo en periodismo sino con nuestros amigos, vecinos o familiares, es necesario entender todas esas complejidades. Me iré a lo pequeño, que es donde empiezan las cosas: es fundamental contar las cosas desde lo positivo ysin superioridad moral, que en la bici hay mucha: no se es mejor por ir en bici. El confinamiento ha sido un buen ejemplo: estamos todos en un momento de “el infierno son los otros”. Es el otro el que está rompiendo las reglas, mientras que yo lo hago todo bien. Es importante a la hora de explicar los beneficios de la bici, la eficiencia y el dinero que ahorra hacerlo”.
Par Bravo, es necesaria también “cierta ambición de modernidad. Aunque nos fastidie, porque la bici es uno de los inventos más antiguos que sigue siendo útil hoy en día”, apuntó. “En las ciudades que están en los primeros puestos de los ránkings de calidad de vida la bici es uno de los motivos. Hay políticos a los que les cuesta mucho entender eso, pero otros lo están entendiendo bien. Barcelona lo hizo hace muchos años, aunque luego paró. Valencia lo está entendiendo bien. Vitoria, San Sebastián, etc. Todo ese camino hacia hacer ciudades más amables y felices hay que contarlo de lo pequeño hacia lo grande, y no tratar de conseguir grandes victorias en lo político. Porque aunque la bici es una cosa política, bajo mi punto de vista es algo que tiene que ver con el bien común y en lo que todos deberíamos estar de acuerdo independientemente de si seamos de derechas, de izquierdas o de centro”.
Pedro Bravo también recordó algo importante: “Los grandes medios no somos nosotros, que trabajamos en prensa escrita, sino la televisión. Y el tiempo que dedican a la bicicleta en la tele es cero: está completamente desaparecida”, lamentó. “En ese sentido creo que los periodistas de televisión están más lejos de la bici. Porque cuando sale la bici en la tele es por cosas malas”.
“Que la bicicleta tenga una mayor presencia mediática dependerá de muchas cosas, pero especialmente de la implicación de esos grandes medios con un modelo diferente de ciudad, con la actualidad, con la modernidad o con los problemas reales de la ciudad. En ese sentido hay medios que se implican, otros que pasan y otros que directamente atacan a la bici”.
“El movimiento ciclista debería dejar de hacerse autofelaciones y dejar de hablar de sí mismo”, opinó Pablo León
Aprender la lección
Desde el colectivo ciclista también es necesaria cierta autocrítica. “Cuando comenzó todo esto, muchas voces en Barcelona empezaron a reclamar carriles bici de manera muy insistente. Creo que, con todos esos muertos encima de la mesa, no era el momento. Esta crisis ha demostrado que no se trata del ‘qué hay de lo mío’, sino del “qué hay de todos”, reflexionó Clara Blanchar. “Desde el negocio pequeño hasta los grandes propietarios, aunque unos estén más jodidos que otro”.
“El movimiento ciclista debería dejar de hacerse autofelaciones y dejar de hablar de sí mismo”, opinó Pablo León. “Pero yo creo que ya está saliendo de esa endogamia. Aunque se trata de un movimiento pequeño, cada vez va siendo más grande y poco a poco va consiguiendo pequeños éxitos”.
Pablo dejó una última reflexión: “El coche es un vehículo capitalista e individualista, y por tanto defiende esos valores. Por contra, la bici te implica mucho más con lo que te rodea. Al final, ese es el reto que tenemos por delante, en materia medioambiental o contra el coronavirus: pensemos no sólo en nosotros, sino también en nuestros hijos y en los demás, para hacer un espacio mejor para todos”.