Fue un mes enero del año 2008. Hace ahora diez años nacía en Madrid 3ike, una empresa dedicada a una tipología de bicicletas que, por aquel entonces, eran unas perfectas desconocidas en España.
“Era una apuesta total”, recuerda Jason Harris, fundador de 3ike. “Hoy en día la mayoría de la gente ya ha visto en alguna ocasión una bicicleta reclinada, pero cuando empezamos nadie o casi nadie en España sabía lo que eran. Queríamos introducir en España un producto nuevo en el mercado, y al mismo tiempo sabíamos que, por sus características, no se trata de un producto de masas”.
“El proceso ha sido lento, las barreras a superar eran complejas”
Aunque apasionantes, estos diez años no han sido fáciles. “El proceso ha sido más lento del que esperábamos: las barreras a superar eran más complejas”, explica Jason. “Pero sabíamos desde el principio que éramos pioneros y que especializarse en algo tan exclusivo y diferente era un riesgo. Hemos aprendido mucho a base de ensayo y error”. Eso sí: en muchos aspectos, la filosofía sigue intacta: apostar por la calidad. “Sabemos que el precio de partida es alto, pues casi siempre se sitúa por encima de los 1.000 euros. Hay que tener en cuenta que la producción es artesanal y a muy pequeña escala. Como ejemplo, uno de los mayores fabricantes del mundo de reclinadas saca unas 2.000 bicicletas al año. Por eso los precios y los procesos son costosos. A cambio tienes una bici hecha a mano, pensada para los requisitos del cliente, y que cuenta con nombres y apellidos desde la fábrica. Todo ello, sumado a una comodidad que no encontrarás en ninguna bicicleta”. En busca de la comodidad
Y es que pedalear en una bicicleta reclinada es… sencillamente distinto. “Es una forma de montar en bici maravillosa y contagiosamente divertida”, confirma Jason. En cuanto a los que se interesan por estas bicis, Jason destaca que “existen varios perfiles, pero uno de los más fructíferos es el de los señores (y digo señores, en masculino) a partir de los 40 o 50 años, que en un momento dado están cansados de subirse en un sillín. Gente que valora poder seguir pedaleando pero hacerlo en condiciones de total comodidad”.
“Al ser un producto poco conocido por los ciclistas, no es un objeto de deseo…. hasta que lo prueban”
Las personas con movilidad reducida son otros de los colectivos que más se interesan por las reclinadas. “Muchos ven que para poder montar en bici necesitan una bicicleta adaptada y se dan cuenta de que un triciclo reclinado les ofrece esas prestaciones sin ser una bici ortopédica. Y además, dado que son cuadros de aluminio, son extremadamente ligeras: hablamos de 16 o 17 kilos, mucho menos de lo que parece”. Entre los objetivos de 3ike está, como no podía ser de otra manera, propagar las bondades de la bicicleta reclinada. Por eso a menudo organizan quedadas para rodar sobre ellas y darlas a conocer al gran público. “Es algo que ha formado parte de la empresa desde el principio. Al ser un producto poco conocido por los ciclistas, no es un objeto de deseo…. hasta que lo prueban. Por eso, el hecho de salir a la calle en grupo es una forma de darle visibilidad y de que la gente comprenda que una bicicleta reclinada no es una bici que uno se ha hecho en casa: que son bicicletas bien hechas. Que tienen cada vez más adeptos, aunque hablemos de un puñado de personas muy reducido”. 3ike
Paseo de la Virgen del Puerto, 47. Madrid
Tel. 656 91 96 71 – 91 354 69 76
email: info@3ike.es