Que uno de los museos en torno a la bicicleta más completos e interactivos del mundo se encuentre en Andorra no es casualidad. Hogar de Joaquim Rodríguez, alias 'Purito' y centro de peregrinaje de aficionados y profesionales del MTB, descenso y carretera, han convertido al principado en un destino muy apreciado para todos. No en vano, más de 120 profesionales del ciclismo entrenan a diario en Andorra.
"La idea del proyecto nació en 2018" nos cuenta Edu Tarrés, responsable del Bici Lab Andorra, "con un acuerdo entre la familia Riberaygua, propietaria de una impresionante colección de bicicletas en la que ha trabajado desde los años 70, y el Comú d'Andorra la Vella". Estaban buscando un lugar donde exponer todas las piezas, pero, al mismo tiempo, alguien capaz de generar un espacio en el que estuvieran ocurriendo cosas constantemente, un entorno vivo. Y eso es, finalmente, Bici Lab Andorra.
"Se ha hecho una apuesta muy fuerte con la marca ‘Andorra Territorio Ciclista’, sobre todo centrada en la práctica deportiva. El país está en boca de todo el sector ciclista. Sólo faltaba sumarle una de las mejores colecciones de bicicletas del mundo".
Como muchos otros proyectos, la pandemia alargó los tiempos, retrasó las entregas y paró las ilusiones, pero finalmente, la colección expuesta en el Bici Lab Andorra está abierta al público y el lugar es un verdadero sueño hecho realidad.
A Bici Lab Andorra siempre le acompaña una frase: "Mucho más que un museo de la bici" y no hay nada más cierto: exposiciones temporales, divertidos simuladores de ciclismo, realidad virtual, actividades para colegios, ocio familiar… pero vayamos por partes.
La colección
"Lo que nos hace realmente singulares es nuestra colección , aun no teniendo ninguna bici famosa, tenemos piezas que nos permiten ver la evolución de este fantástico invento: desde la Draisina inventada en 1817 hasta las bicis fabricadas en 2022 con la última tecnología". Es pura historia, ya no sólo del ciclismo, sino del ser humano.
"Una de las piezas más importantes es la Whippet, de 1887. Una marca inglesa, elegante y tecnológicamente muy superiores al resto, para que nos entendamos, es el Rolls Royce de las bicis". Pero también podrás ver la clásica Flying Pigeon, una bicicleta que puede presumir de ser la más fabricada de la historia, con más de 75 millones de unidades producidas o la Hirondelle, cuyo diseño marcó un antes y un después en la historia del sector.
"Como curiosidad. también se puede disfrutar del Velocípedo Roper, de 1868. Probablemente la primera bicicleta con un motor de vapor instalado en el cuadro. Estaríamos ante la primera bicicleta de pedaleo asistido de la historia".
"Se puede disfrutar del Velocípedo Roper, de 1868, probablemente la primera bicicleta de pedaleo asistido de la historia" (Edu Tarrés, responsable de Bici Lab Andorra)
Preguntamos a Edu sobre la conservación de las piezas. "Lo más delicado es la conservación de las gomas, es la parte más complicada, porque envejece más rápidamente que cualquier otra parte de las bicis. Intentamos tener un entorno muy controlado de humedad y temperatura, que sea no fluctuante. De esta manera no paramos el envejecimiento, pero lo ralentizamos un poco. El resto de componentes de las bicis no tiene un gran trabajo de conservación, son bastante sufridas y aguantan muy bien dentro de un museo como este".
La intención de Bici Lab Andorra es ir cambiando cada poco todo, que el visitante no se encuentre la misma exposición si decide repetir, conseguir que sea un lugar vivo, en constante movimiento. Igual que montar en bici.
Realidad virtual y simuladores
Por supuesto, no sólo hay bicicletas. Es una delicia quedarte mirando los detalles de toda la cartelería que guía al visitante por la historia, los accesorios y componentes relacionados con la bici, que sorprenden a todos y la sala de exposiciones temporales.
Pero lo que llama la atención al visitante, sea cual sea su edad, es la parte más tecnológica, con los tres simuladores virtuales de ciclismo y las ocho gafas de realidad virtual. "El museo está dividido en tres zonas: la exposición temporal, ahora dedicada a la bicicleta y la mujer" explica Edu Tarrés.
"El resto se divide en dos exposiciones permanentes. La primera, un museo más clásico, donde tenemos los 200 años de bici dividido por temas: la parte de la sostenibilidad, una dedicada a la bicicleta en tiempos de guerra, la parte más deportiva, al juego, en definitiva, las distintas realidades que ha tenido la bici durante dos siglos completos".
"La segunda exposición permanente es más una experiencia y lo hacemos a través de tecnología con tres simuladores de bicis con rodillos: carretera, descenso y MTB. El de carretera es para hacer el puerto de montaña Collada de Beixalis; el de descenso es a través de un bosque de la localidad de Pal; el de MTB es para realizar el Cami Ral, un antiguo camino que va desde Ordino hasta la Cortinada. Por supuesto, el rodillo se endurece cuando debe, la bici se pone vertical cuando el terreno virtual lo exige y hay un ventilador para simular el aire en la cara".
La cosa no termina ahí. Hay también ocho gafas de realidad virtual para recorrer el velódromo de Horta y también vivir en primera persona un descenso de la pista del Bike Park de Vallnord.
"Ya estamos trabajando en la siguiente exposición temporal, que será para agosto, pero no puedo decirte nada por ahora" comenta Edu dejándonos con la intriga. "Además, de las temporales, hacemos exposiciones efímeras en el vestíbulo. Son monográficas, de una sola bici que consideramos relevante, y contamos su historia de forma más pormenorizada".
Los visitantes
Todo en Bici Lab Andorra está planteado en torno a 4 públicos muy concretos: el apasionado, aficionado al ciclismo y amante de las bicicletas, aquellos con una conciencia medioambiental, el público familiar y el público escolar.
"Nos tomamos muy en serio a los niños" continua Edu. "Visitar el museo en familia es algo sensacional. Para eso estamos por un lado trabajando mucho en los colegios, con un grupo de trabajo que incluye profesores de todo el país para cuadrar un proyecto pedagógico consensuado y con actividades en las que los niños disfrutan, por ejemplo, con un juego de pistas repartidas por todo el museo, una especie de yinkana y seguiremos programando de forma recurrente actividades como cuentos infantiles relacionados con la movilidad".
"Nos tomamos muy en serio a los niños y tratamos de que la visita al museo en familia sea algo sensacional" (Edu Tarrés, responsable de Bici Lab Andorra)
Uno de los objetivos es generar un producto de primera calidad más para que Andorra consiga una desestacionalización turística, muy centrada, por ahora, en la nieve del Pirineo.
"Queremos que sea un espacio muy familiar, que es para lo que ha sido concebido. Se lo van a pasar en grande los amantes de la bici y los que no lo son tanto porque Bici Lab Andorra es, más bien, un retrato poliédrico de la bicicleta en sí, un objeto que todos hemos tenido o aún tenemos y con el que es muy fácil crear un vínculo emocional. La experiencia de visita es realmente buena".
Y por supuesto, Ciclosfera
"Nos interesa ser un sitio de referencia cuando hablamos de cultura ciclista y Andorra. Por eso es importante formar parte de la familia de Ciclosfera. Los medios de comunicación especializados de la talla de Ciclosfera tienen que ser parte de la familia de Bici Lab y viceversa. Es importante cuidar todo lo que nos retroalimenta".
Nos quedamos con muchas ganas de repetir la visita a cada una de las salas y de ponernos las gafas de realidad virtual otra vez, y de subirnos de nuevo a los simuladores, de acercarnos para ver los detalles de la cartelería y alucinar con cada una de las bicis clásicas y las no tan clásicas, de sus curiosidades…. Por resumir, Bici Lab Andorra nos rechifla porque nos hace sentir niños y porque es "mucho más que un museo de la bici".
Gracias por tener, además, Ciclosfera disponible y gratuita para todos los visitantes que esperamos sean millones durante 2023. Nosotros entre ellos.