Una vida activa es uno de los secretos de la longevidad. Pero en el caso de Robert Marchand, parece haber algo más. Una genética prodigiosa, seguramente, pero también una estrecha relación con un vehículo que conocemos bien: la bicicleta. Porque pedalear alarga la vida, y Robert es el mejor ejemplo.
Marchand nació en Amiens (Francia) el 26 de noviembre de 1911. Efectivamente: este jueves cumplió la friolera de 109 años, buena parte de los cuales los ha pasado sobre una bicicleta. Y muchos de ellos, batiendo récords. Uno de los últimos tuvo lugar hace cuatro años, cuando tenía 105: Marchand consiguió el récord de la hora en su categoría después de completar 22,547 kilómetros en el velódromo de Saint-Quentin-en-Yvelines. De hecho, fue el responsable que “obligó” a la Unión Ciclista Internacional (UCI) a crear especialmente la categoría Másters de más de 100 años.
La pregunta que muchos se hacen al conocer el caso de Marchand es, efectivamente, dónde está su secreto. Él no esconde nada: “Toda mi vida hice deporte, he tomado mucha fruta y legumbres, no demasiado café, nada de cigarrillos, y poco alcohol”, ha explicado como factores clave de su envidiable estado físico. Marchand ha trabajado como camionero, jardinero, bombero y leñador, profesiones que, junto a su amor por la bicicleta, le han mantenido activo durante toda su vida. La psicóloga y profesora de universidad Veronique Billat, que le sigue desde que cumplió 100 años completa el misterio: “Su cuerpo es pequeño pero tiene un corazón que bombea tanta sangre por minuto como el de una persona más grande”.
Romuald Lepers, científico de la Universidad de Burgundy, Dijon, coincide en que Marchand tiene una función muscular y cardiorrespiratoria excepcional en comparación con otras personas de su edad. Además, su rendimiento deportivo ha disminuido menos que el promedio, que es de entre un 10 y un 15% por década. Sin embargo, en el caso del francés, esta disminución ha sido menor a un 8% por década en más de 60 años. Por todo esto, en 2016 Marchand fue galardonado con el título del “Mejor Atleta Centenario del Mundo”.
Ese mismo año, un estudio publicado en The Journal of Applied Physicology arrojó una serie de conclusiones sorprendentes. La primera: a los 105 años que contaba entonces, Robert estaba en mejor forma aeróbica que la mayoría de personas de 50 años. Los investigadores fueron más allá: en muchos aspectos, Robert parecía estar cada vez más en forma a medida que envejecía. La doctora Billat añade otra clave: “Robert muy optimista y sociable. Se trata de una persona con muchos amigos”. Un elemento, los lazos estrechos, que según numerosos contribuye de manera esencial a conservar la buena salud emocional.
A sus 109 años, Robert Marchand parece que ha sabido llevar bien el confinamiento y sigue activo, a pesar de la crisis del coronavirus. Confinado en su apartamento en los suburbios de París, Robert Marchand se mantuvo bien protegido del coronavirus, manteniendo contacto con el mundo exterior a través de un amigo que venía a traerle provisiones al mediodía. “No me preguntes cómo estoy”, se ríe el decano de los ciclistas, “no estoy bien, como siempre. Tengo la enfermedad de los 109 años y estoy harto de ella”.