Fue un milagro que no se produjeran víctimas mortales. Y por ello, los ciclistas pedían una sentencia ejemplar que, finalmente, ha acabado llegando. Ricardo Neis, el empleado de banca que arrolló con su coche a 17 ciclistas durante la celebración de la Masa Crítica en Porto Alegre (Brasil) ha sido condenado a 12 años de prisión. El juez condena a Neis por 11 tentativas de homicidio y cinco delitos de lesiones.
El proceso judicial ha levantado una gran polvareda en la ciudad brasileña. Nutridos grupos de ciclistas se han manifestado a las puertas de los juzgados para mostrar su repulsa a la actitud de Ricardo Neis. En el interior, diez testigos aportaron su testimonio de lo ocurrido durante las dos jornadas que ha durado el juicio.
Según los fiscales, Neis actuó de manera “violenta y cobarde”
Tal y como informa el diario brasileño Fohla de S. Paulo, los fiscales Eugenio Amorim y Lucia Helena Callegari han entendido que existió una clara voluntad por parte de Neis de hacer el mayor daño posible. Según Callegari, Neis actuó de manera “cobarde y violenta”, arrollando “por detrás” al grupo de ciclistas. Una actitud que creen demostrada tras visualizar en repetidas ocasiones el vídeo de lo ocurrido, que se ha convertido en viral durante estos cinco años.
Ricardo Neis, por su parte, ha mantenido durante todo el juicio que actuó en defensa propia, al verse intimidado por los participantes en la marcha. Según su declaración, su intención era proteger a su hijo de 15 años, que viajaba junto a él en el vehículo. Sólo dos testigos han declarado a su favor, haciendo alegatos favorables al acusado y centrándose en lo bondadoso de su personalidad.
La defensa, que ha corrido a cargo del abogado Manuel Silveira Castanheira, apuntó durante el juicio que en ningún momento Neis tuvo intención de acabar con la vida de ninguno de los ciclistas, y preguntó retóricamente al jurado: “Pónganse en su lugar: ¿creen que salió de casa aquel día con intención de matar?”. A la finalización del juicio, se le preguntó al acusado si se arrepentía de lo sucedido, a lo que prefirió no responder.